No se debe regañar o castigar a los niños por conductas sexuales naturales. Es importante hablar abiertamente con ellos sobre sexo desde una edad temprana y continuar con esta conversación a lo largo de su desarrollo”, especifica.
Si bien el descubrimiento de la identidad sexual surge en una edad temprana, Rivero señala que las dudas suelen aparecer en la etapa adolescente.
La reacción de los padres
Cuando los papás descubren actitudes de identidad sexual que no consideran normales en sus hijos, suelen experimentar sentimientos de frustración y culpabilidad que los hace cuestionarse sobre las faltas en las que pudieron haber incurrido durante la educación y que los habrían llevado a ser homosexual. “Ese es el primer error”, afirma Rivero y recomienda evitar comportamientos agresivos o de rechazo hacia el hijo.
La mejor manera de guiar en este proceso es acudir a un profesional para recibir la orientación adecuada, y si el terapeuta confirma que la identidad sexual del hijo no corresponde con su anatomía física, “los padres deben acompañarlo en todo el proceso de crecimiento y madurez, aceptando su preferencia sexual, no permitiendo que los prejuicios de la sociedad los lleve a asumir que el tener un hijo homosexual es una desgracia”, dice.
Según Rivero, no todos los niños que presentan en su infancia características de género variante son transexuales de adultos. Hay niños que mantienen desde pequeños un comportamiento de género variante y que en su edad adulta no son transexuales, sino homosexuales o heterosexuales. No todos tienen un mismo patrón, por eso es necesario el asesoramiento individual.
