Según la organización, a pesar de los avances legales y sociales logrados en los últimos años, el acoso, la discriminación y los episodios de violencia física y verbal hacia este colectivo siguen siendo una realidad diaria.
Los datos recogidos por la FELGTBI+ revelan que muchas mujeres lesbianas continúan sufriendo agresiones en espacios públicos, entornos laborales y hasta en ámbitos familiares. Este contexto vulnera gravemente sus derechos fundamentales y genera miedo e invisibilidad, reforzando la necesidad de políticas más contundentes contra la LGTBIfobia.
Persisten el acoso y la violencia contra el colectivo lésbico, denuncia la FELGTBI+
Una de cada tres mujeres lesbianas sufrió acoso entre 2020 y 2024 y una de cada 10 vivió una agresión física o sexual. Además, el 35 % de las lesbianas de entre 18 y 24 años (generación Z) sufrió acoso escolar.
La coordinadora del Grupo de Políticas Lésbicas de la Federación Estatal LGTBI+, Inés B. García, alertó de que las mujeres lesbianas están expuestas a un elevado grado de violencia en todos los ámbitos. “Al margen del acoso y la violencia física y sexual, enfrentamos también discriminación laboral, hipersexualización y estigmatización en ámbitos diversos como la cultura, política, sanidad, el deporte o la educación”.
En España, aunque hay marcos legales que reconocen los derechos de este colectivo, “la igualdad real sigue sin llegar a todas”. La lesbofobia, “alimentada por los discursos de odio, sigue estando presente en nuestras calles, en las aulas, en los medios de comunicación y en las instituciones”, expuso. En este sentido, apuntó que “además ser lesbiana racializada, migrante, tener alguna discapacidad, vivir en un entorno rural o ser joven o de edad avanzada, aumenta los niveles de vulnerabilidad y discriminación”, sostiene la FELGTB+.
Factores que agravan la situación del colectivo lésbico
La doble discriminación que enfrentan las mujeres lesbianas, por su género y su orientación sexual, multiplica su exposición a la violencia. La falta de referentes positivos, el sexismo persistente en algunos sectores de la sociedad y la normalización de comportamientos homófobos contribuyen a crear un entorno hostil.
Además, la invisibilidad mediática y social de las lesbianas fomenta la desinformación y dificulta la denuncia de agresiones. Muchas víctimas no acuden a las autoridades por miedo a represalias o a no ser tomadas en serio, perpetuando así un ciclo de impunidad y sufrimiento.
La FELGTBI+ insiste en que, aunque las leyes protegen teóricamente a todas las personas LGTBI+, la aplicación efectiva de estas normativas aún presenta lagunas que deben ser abordadas de forma urgente.
Principales demandas de la FELGTBI+ para frenar el acoso
La federación plantea varias líneas de acción para combatir esta problemática. En primer lugar, exige campañas públicas de sensibilización que visibilicen específicamente a las mujeres lesbianas y eduquen a la ciudadanía en la diversidad afectivo-sexual.
También solicita una mayor formación de las fuerzas de seguridad y del personal judicial para que sepan identificar y actuar ante delitos de odio de manera adecuada. Del mismo modo, reclaman protocolos específicos en el ámbito educativo que prevengan el acoso escolar motivado por orientación sexual.
Finalmente, la FELGTBI+ urge a que se destinen recursos suficientes a las entidades que trabajan en el apoyo y acompañamiento de las mujeres lesbianas víctimas de violencia o discriminación.
La importancia de la visibilidad y el apoyo social
Para cambiar esta realidad, resulta esencial que la sociedad en su conjunto se implique en la defensa de los derechos del colectivo lésbico. La visibilidad de las mujeres lesbianas en todos los ámbitos —desde la política hasta los medios de comunicación— ayuda a romper estereotipos y a construir espacios más seguros.
El apoyo institucional, junto al compromiso ciudadano, puede marcar la diferencia para garantizar que ninguna mujer tenga que ocultar quién es por miedo a sufrir violencia o discriminación. La denuncia de la FELGTBI+ es, en definitiva, un recordatorio de que la igualdad real aún está lejos de alcanzarse y que queda mucho por hacer.