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Escapó de su país por tener VIH y ser activista LGBT; hoy corre el riesgo de ser deportado
Abderrahim es un hombre homosexual que radica actualmente en Reino Unido y que corre el riesgo de ser deportado a Marruecos, su país de origen, lugar de donde escapó debido a la persecución, violencia y amenazas de muerte que padecía por defender los derechos de las personas LGBT y promover la prevención de la transmisión del VIH.
El joven de 25 años tuvo que dejar Marruecos debido al acoso por parte de las autoridades, las cuales mostraron su enojo luego de que él y un grupo de activistas trataran de conformar una organización civil llamada Akaliyat (Minorías). Otros integrantes de la agrupación también se vieron obligados a dejar el país.
En un principio el joven viajo a Países Bajos, pero el gobierno de ese país decisión enviarlo a Reino Unido, ya que poseía una visa de esa nación con una duración más amplia. No obstante, el activista corre el riesgo de ser deportado pues las autoridades migratorias británicas le negaron el asilo político.
El artículo 489 del Código Penal de Marruecos penaliza la homosexualidad y establece penas que van de los seis meses a los tres años de prisión. Asimismo, existe una persecución generalizada en contra de las personas de la diversidad sexual basada en las creencias del Islam, religión dominante en la región que expresa un fuerte rechazo a las personas LGBT.
“Ser gay en Marruecos es difícil, puedes enfrentar persecución y ser puesto en prisión. Sé quién soy ahora, entiendo cuál es el significado de la libertad, puedo caminar por la calle y no mirar atrás. Para mí volver a Marruecos es volver a la oscuridad: la homofobia en Marruecos está aumentando”, compartió el joven en entrevista con The Guardian.
La discriminación de la que era objeto Abderrahim no sólo se basaba en su orientación sexual sino también en el hecho de que era VIH positivo. Cuando formaba parte de una organización civil tuvo la oportunidad de dar una entrevista a un medio internacional en el que dio a conocer su estado de salud. Desde ese momento las amenazas de agresión y de muerte.
El activista fue diagnosticado positivo en 2012 pero tuvo acceso a los medicamentos antirretrovirales tres años después porque en el país no existe no existe una fuerte cultura de lucha contra el virus y las regulaciones sobre el tratamiento son complicadas.
“Cuando vivía con mi pareja me mudaba de casa constantemente. Cada vez que se divulgaba nuestra sexualidad nos pedían que nos fuéramos. La primera vez nos pidieron que nos fuéramos, la segunda vez fue porque nuestro vecino descubrió que éramos homosexuales y él pasó la voz a todo el vecindario, la gente a gritarme ‘maricón, maricón’, tuvimos que irnos de nuevo”.
Los abogados de Abderrahim apelarán la decisión del Ministerio del Interior, mientras que los activistas locales han empezado a movilizarse para advertir que enviar al joven de regreso a su país representaría un gran peligro para su vida.
Con información de The Guardián.
