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El Instituto de Diversidad Sexual y de Género de la CDMX que propone morena


2017-10-24
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Desastre.mx

El pasado 12 de octubre, el diputado Néstor Núñez López, integrante de la fracción parlamentaria de morena en la ALDF, presentó una iniciativa que se trabajó en conjunto con la Secretaría de la Diversidad Sexual del partido, la cual orgullosamente encabezo. Esta iniciativa tiene por objeto la construcción del primer Instituto de Diversidad Sexual y de Género de la Ciudad de México.

Contrario a lo que se puede pensar en relación con el engrose de la burocracia o el gasto desmedido de presupuesto, la creación del Instituto será valorada por tres comisiones; de Administración Pública Local, de Diversidad y de Derechos Humanos, mismas que deben considerar las atribuciones de otras entidades del gobierno de la Ciudad de México, en particular aquellas que trabajan directamente en favor de la población LGBTTTI.

Ante esta iniciativa surgen dudas que vale la pena poner sobre la mesa para su evaluación pública. ¿En realidad es necesaria la construcción de este espacio? ¿Cómo debe construirse una agenda de lo que debe ser prioritario para un Instituto de Diversidad Sexual y de Género? ¿Es burocráticamente insostenible un Instituto que trate específicamente a un sector poblacional? ¿Cuál es el perfil que debe tener la persona que dirija el Instituto?

Sí, es necesaria la construcción de este espacio. La necesidad de diseñar y evaluar políticas públicas es parte del buen funcionamiento del Estado desde una perspectiva que ayude a proteger y cubrir las necesidades básicas y elementales de la ciudadanía, sin importar su orientación o preferencia sexual, su identidad o expresión de género ni sus características sexuales.

Con justa razón, cualquier persona, medianamente informada, podría decir y exigir que las políticas públicas no tengan diferenciación a la hora de ser diseñadas, gestionadas o ejecutadas; al final, deben ser transversales. Sin embargo, esto no es así. Las oficinas que actualmente trabajan en favor de la población LGBTTTI no tienen la posibilidad de darse abasto con la cantidad de situaciones que atentan contra la integridad de las personas de la diversidad sexual.

El acompañamiento que el COPRED ha desarrollado para los casos de discriminación como el trabajo que promueve la Unidad Especializada para la Atención a Usuarios de la Comunidad LGBTTTI aún carecen de un seguimiento adecuado que promueva trabajo que reduzca los casos de desigualdad y exclusión; asimismo las labores de la DGIDS con las recomendaciones y el trabajo estructural con la Administración Pública local. En este sentido, si hubiera una situación favorable, no se tendría un alto número de crímenes de odio: entre 1995 y 2016 se registraron 265 homicidios de personas trans en el país; 36 de esos asesinatos ocurrieron en la Ciudad de México.

El trabajo que se ha realizado desde las oficinas anteriormente mencionadas ha sido, sin duda, baluarte de la progresividad que las ciudades deben tener en los escenarios internacionales. No obstante, la coyuntura obliga a repensar las estrategias y los instrumentos que se utilizan para sensibilizar a la población.

La agenda que debe crear el Indisex, como bien lo estableció el diputado Néstor Núñez en el pleno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, es diversa, pero resaltan algunos puntos: la implementación de sistemas de medición en colaboración con institutos de geografía y estadística de población y de política social; institucionalizar un informe anual de los casos identificados de crímenes de odio y toda forma conexa de intolerancia hacia las personas LGBTTTI; preservar, proteger y difundir la cultura y manifestaciones artísticas de la población LGBTTTI; generar información de rigor académico para la investigación y trabajo referente a la diversidad sexual y de género.

Una de las más importantes contribuciones que tendría el Indisex de la Ciudad de México es la formación de un consejo consultivo LGBTTTI para la discusión y acompañamiento con base en experiencia y trabajo desarrollado previamente. Con ello, se dará fundamento al trabajo del Instituto, apoyado por las principales representaciones de la ciudad en el tema.

Sobre todas estas propuestas, la que más debe sobresalir es aquella que sienta un precedente para el diseño de política pública LGBTTTI, actualmente inexistente en el país. Es necesario retomar varias de las propuestas emitidas por COPRED para la Declaratoria de Ciudad Amigable, pero sobre todo, detectar las verdaderas necesidades de la población; así como volver verdaderamente vinculante el artículo 206 el Código Penal del Distrito Federal y la profesionalización en el trabajo para sensibilizar a la ciudadanía.

En cuestión burocrática, la creación del Indisex representa un avance más que un retroceso. Servirá para dar un acompañamiento que considere de manera académica y científica el comportamiento social y el fenómeno de la discriminación no solo como un acto que debe ser eliminado, sino como un acto que surge de diferentes variables de la conducta humana. El Instituto brindará certeza académica para ofrecer estudios, talleres y diplomados con valor curricular impartidos por personas expertas en el tema, así como ponderados o evaluados por instituciones educativas con las que se generen convenios de colaboración. El Indisex no “duplicará” trabajo, así como el COPRED no “duplica” el trabajo de la CDHDF. Este Instituto busca impulsar una nueva forma de entender la diversidad sexual desde la construcción de ciudadanía y en la comprensión de las distintas manifestaciones de sus ciudadanos y ciudadanas, preservando esas manifestaciones desde una perspectiva interseccional.

También vale la pena subrayar el costo del Instituto, su creación, el pago de personas que laboren ahí, sus recursos materiales de uso continuo y gasto corriente, frente a los costos de la homofobia generalizada, institucionalizada o social. En julio de 2016, el investigador Eric Lamontagne, integrante del Programa Conjunto de las Naciones Unidas para el VIH/sida, publicó resultados en los que se detecta la discriminación hacia la población LGBTTTI como un problema económico sustancial que representa grandes pérdidas, tanto financieras como sociales. Solamente en América Latina y el Caribe, la discriminación por ser LGBTTTI al momento de postularse para un cargo o recibir un pago –en varios casos inequitativo con sus pares heterosexuales y/o cisgénero– representa un retroceso económico para los países y una pérdida de $8.04 billones de dólares anuales en el PIB de la región.

Es importante tomar en cuenta estas cifras para valorar, desde las comisiones de la ALDF, la importancia de este centro, que no solo buscará eliminar la discriminación hacia la población LGBTTTI, sino prevenirla, empoderar a las personas a través de constructos culturales y la protección de manifestaciones diversas que apoyen y visibilicen el trabajo de la sociedad civil y de quienes han recibido un trato diferenciado por sentirse o ser diferentes.

Es claro, aún es temprano para hablar de un perfil determinado para que presida el Instituto, sin embargo, debe tomarse en cuenta que quien lo encabece debe contar con bases teóricas y prácticas sobre la diversidad sexual, así como la comprensión de la gestación de la discriminación por orientación sexual e identidad de género en la sociedad y el detrimento del tejido social a causa de ésta. Sin duda, la apertura a nuevos rostros del movimiento ayudará a que éste tenga una visión flexible, transparente y abierta.

Hoy por hoy, las necesidades se van cubriendo y van surgiendo nuevas. El Indisex busca articular instrumentos de planificación para la eliminación de cualquier forma conexa de intolerancia por LGBTTTIfobia; a su vez, brindar certeza de los avances científicos, culturales, económicos, políticos y sociales que promuevan mayor seguridad en la política social de la inclusión: forma eficaz del trabajo conjunto entre ciudadanía y gobierno.

Por Temístocles Villanueva (@TemistoclesVR)