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Cómo la historia (y el presente) invisibiliza a las lesbianas


2023-04-26
https://www.cosmopolitan.com/es/sexo-amor/amor-pareja/a43576957/dia-visibilidad-lesbica/
Cosmopolitan

Quizás la mayor traba a la que se enfrentan las mujeres lesbianas sean el ocultamiento, ese que ha reinado históricamente en el mundo homoerótico femenino. Por ello, el objetivo del Día de la Visibilidad Lésbica, una fecha que se celebra desde el año 2008 el 26 de abril, es visibilizar el papel que ocupan las lesbianas en el espacio público. Para hacerlo, resulta esencial mostrar referentes sociales que contribuyen a visibilizar su opción sexual sin miedo a prejuicios, abusos o discriminación.

Invisibilidad lésbica en España

Catorce años después de ese Orgullo con protagonismo lésbico, setenta mujeres lesbianas muy diversas se reunieron el año pasado en el Ministerio de Igualdad para exponer sus reivindicaciones. ¿Algunas de las conclusiones?

El activismo ha de tener una perspectiva interseccional. "Por ejemplo, hay mujeres gitanas lesbianas que también tienen que ocupar estos espacios y que han intervenido en este encuentro", señala el acta. "Así, no parecerá que todas las lesbianas somos blancas, españolas, de clase media, con papeles, no migrantes…".

Hay que repensar las causas de la invisibilidad.

Hay que crear una agenda lesbiana para evitar que las mujeres lesbianas sigan siendo un apartado del feminismo y un apéndice de las políticas públicas. "Históricamente, hemos sido el sujeto más invisibilizado y silenciado. Hemos ampliado el horizonte del feminismo con una agenda política propia y otra forma de ser mujeres que cuestiona el patriarcado y la violencia de la heterosexualidad en tanto que sistema. Por tanto, el Ministerio debe reconocer el papel como sujeto histórico-político que hemos tenido las lesbianas en la ampliación de la democracia y en la construcción de los derechos de todas las mujeres", exigen.

"Necesitamos referentes, espejos en los que mirarnos, mujeres a las que seguir", dice Mª Luisa Notario Villanueva, activista y Teniente de Alcalde de Valencia.

El informe sobre la situación de las mujeres lesbianas, bisexuales y trans en el ámbito privado ya llegó a la conclusión, al analizar sus resultados, de que las mujeres participantes de la muestra habían vivido o percibido niveles de discriminación laboral muy altos, así como una visibilidad limitada. "Tan sólo el 37% de las mujeres que han respondido a este estudio son visibles en el entorno de trabajo. La visibilidad, además de ser una postura de reafirmación de la dignidad humana basada en mostrarse tal cual se es y no según la sociedad quiere que se sea, es la culminación del derecho a ser una misma o uno mismo", subraya el informe.

Invisibilidad histórica y el arte como revolución

La pregunta de dónde están las lesbianas en la historia es la que funciona de punto de partida del libro de Cristina Domenech ‘Señoras que empotran hace mucho’. “Parte de su maravillosa naturaleza es que nunca voy a poder responderla del todo, ni a nadie. Siempre habrá algo más que descubrir, como ha demostrado el esfuerzo colectivo de muchas académicas que en las últimas décadas han desenterrado un tesoro de cartas, diarios, documentos y testimonios que cada vez hacen que las relaciones entre mujeres de otros siglos sean un poco más visibles y fáciles de conocer. Ahora hay docenas de libros exclusivamente dedicados a la historia sáfica, en los últimos años hemos tenido una profusión de series y películas históricas con romances lésbicos, artículos, novelas y todo lo que se os ocurra”, explica. Entre los nombres que incluye en su libro encontramos a la literata Madame de Murat, a la periodista y ensayista Katherine Mansfield y a la actriz Elsie de Wolfe, entre muchas otras.

La autora realiza un recorrido desde el siglo XVII hasta el siglo XX en el que ahonda en historias íntimas y en los secretos de estas señoras brillantes que fueron en contra de todas las convenciones sociales haciendo del amor, la sexualidad libre y la creación artística su revolución. Cuando preguntamos a Eugenia Tenenbaum, autora de ‘La mirada inquieta. Cómo disfrutar del arte con tus propios ojos’, acerca de la metodología para hacer del arte una revolución, señala que aunque no cree que haya una única respuesta, la pregunta es una buena excusa para hablar de Romaine Brooks. “Fue una mujer lesbiana que heredó una gran fortuna de su familia y que se dedicó a la pintura con la libertad que proporciona saber que no tienes que vender tu obra o ajustarla a los caprichos del mercado para sobrevivir. Junto a Claude Cahun (fotógrafa), fueron capaces de hacer a principios del siglo XX lo que nadie había conseguido hacer con anterioridad: representar los desdoblamientos de género y las identidades subversivas de la comunidad ‘queer ’parisina en sus obras. Su revolución para mí fue esa: representar a sus amigas, amantes y parejas (y representarse a sí mismas) como mujeres que no habitan la heteronormatividad, que existen totalmente fuera de ella; mujeres sáficas de principios de siglo que visten con traje en lugar de con vestido, que se rapan el pelo o se lo peinan como hacían los hombres y no las mujeres, que acuden a bares y antros en los que se relacionan sexual y afectivamente con otras mujeres”, explica.

El yugo de la discriminación

El análisis de la normativa internacional relacionada con el reconocimiento de los derechos de las mujeres lesbianas pone de manifiesto la existencia del principio de no discriminación e igualdad entre hombres y mujeres en la Declaración de los Derechos Humanos y el tratamiento que la Organización de Naciones Unidas, que presta a la discriminación múltiple de la mujer lesbiana. “Es importante comprender el carácter multidimensional de la violencia y la discriminación; comienzan en el hogar, se extienden al entorno educativo, influyen en el entorno comunitario y continúan en el nivel estatal, entre otros ámbitos. Siguen una trayectoria longitudinal, con repercusiones intergeneracionales. Al mismo tiempo, también son personales y están personalizadas, están basadas en la familia, se ven influidas por la comunidad y son sistémicas, y suelen vincularse a la violencia y la discriminación institucionales”, señalan.

"Las mujeres lesbianas sufren más discriminación por su género que por su orientación sexual"

Sin embargo, todavía muchas personas se preguntan si realmente sienten más discriminación las mujeres lesbianas por su género o por su orientación sexual. “Las mujeres lesbianas sufren más discriminación por su género que por su orientación sexual no normativa. La historia está repleta de injusticias y maltratos directos a las mujeres que practican deporte, y actualmente siguen teniendo un menor reconocimiento social, económico y público. Las mujeres, independientemente de su orientación sexual, encuentran muchas dificultades en conseguir hacer del deporte su profesión y forma de vida, siguen sin acceder a los puestos de alta responsabilidad en federaciones y clubes, y son minoría en las direcciones técnicas y en los cuerpos arbitrales. Los estereotipos de género relacionan a las mujeres lesbianas con conceptos como la fuerza, la rudeza o la competitividad, considerados como positivos -y masculinos- para la actividad física. Estos estereotipos las consideran automáticamente como mejores deportistas, y junto a una menor exposición mediática, reduce el nivel de rechazo a su orientación sexual no normativa”, explica David Guerrero, autor de ‘Corres como una niña. El género y la diversidad LGTBI en el deporte’.

"Lo preocupante es que hoy se mantenga el discurso de "estas dos mujeres sólo eran amigas"

Eugenia Tenenbaum, autora de ‘La mirada inquieta. Cómo disfrutar del arte con tus propios ojos’, comparte con ‘Cosmopolitan’ también su parecer. “Hasta hace relativamente poco tiempo, como consecuencia de la patologización de la homosexualidad y de su persecución por los organismos judiciales debido a su carácter de delito, eran las propias mujeres lesbianas y sáficas las que debían silenciar su orientación sexual más allá de las fronteras de aquello que consideraban como "ámbito privado": salvo en círculos concretos de amistades, ciertos ambientes culturales y su correspondencia o diarios personales, vivían una vida forzada dentro del armario. Esto las situaba en un doble espacio de silenciamiento: se las silenciaba en tanto en cuanto eran mujeres y, además, necesitaban silenciarse en tanto en cuanto eran también lesbianas. Lo que sí me parece verdaderamente preocupante es que a día de hoy, con todas las herramientas que tenemos y toda la documentación con la que contamos, se siga incidiendo en el discurso de "estas dos mujeres sólo eran amigas" cuando sabemos que, en muchos casos, ni era ni es así”, asegura.

Subraya que el verdadero problema radica en que la actualidad, tal invisibilización sigue en marcha. “Comprender que en el pasado la ocultación de la propia identidad sexual partía de una decisión/obligación individual por cuestiones de seguridad -la homosexualidad se consideraba bien una enfermedad, bien un delito- o para evitar que tu familia te condenase al ostracismo -dinámica que sigue vigente a día de hoy también- nos ayuda a contextualizar ese silenciamiento y ocultación, tanto por parte de las propias mujeres, como después por parte de la historiografía o los medios. Pero si los tiempos cambian, los discursos y la forma en la que nos acercamos a determinadas figuras deben cambiar también”, explica.

"Se concibe la homosexualidad como algo a ocultar al hablar de referentes culturales"

“En cierto sentido, aunque en algunos aspectos hayan cambiado mucho las cosas (y para bien), en otros creo que seguimos concibiendo la homosexualidad como algo que bien se debe ocultar a la hora de hablar de referentes culturales, o bien debe quedar reducido a algo meramente anecdótico en lugar de algo central en el desarrollo identitario, vital y profesional de cualquier persona. A día de hoy, siguen siendo mayoritarios los países que persiguen a las personas homosexuales frente a aquellos que penan la homofobia. Y en aquellos en los que se pena la homofobia o se ha despatologizado la homosexualidad, queda todavía un largo camino por recorrer en términos de concienciación, sensibilización y divulgación de referentes lésbicos”, dice la historiadora de arte.

"Es difícil encontrar a mujeres lesbianas visibles en deportes como la natación sincronizada"

Podría parecer que en el fútbol el lesbianismo está algo más normalizado. Preguntamos a David Guerrero si esto es cierto y si hay deportes en los que no ocurre así. “Los estereotipos de género han clasificado las diferentes disciplinas deportivas en deporte para chicos y deporte para chicas. Como a las mujeres lesbianas se las relaciona con esos conceptos considerados masculinos, serán más visibles en deportes como el fútbol, el rugby o el boxeo. Sin embargo, es difícil encontrar a mujeres lesbianas visibles en deportes como la natación sincronizada o la gimnasia rítmica, disciplinas consideradas como artísticas y creativas. Pasa justo al contrario con los hombres homosexuales, visibles en los 'deportes de chicas', e invisibles y discriminados en los deportes considerados de chicos”, asegura.

Factores que promueven la invisibilidad lésbica

Al hacer una primera aproximación a la invisibilidad y discriminación de la mujer lesbiana, el 'Estudio sobre las causas de la invisibilidad y la doble discriminación que sufre el colectivo de lesbianas en la Comunidad de Madrid' observa que a esta situación de invisibilidad y discriminación contribuyen:

La identificación de las mujeres lesbianas como sujetos similares a los hombres homosexuales, cuando se trata de dos realidades distintas.

La heteronormatividad, que impide a las mujeres lesbianas compartir su vida privada en espacios privados.

La subordinación de la mujer y la discriminación por género, que siguen estando presentes en la sociedad actual.

La falta de empoderamiento de la mujer lesbiana, que le impide superar el miedo que tiene a su visibilización.

La falta de suficiente apoyo por parte de su ámbito familiar, educativo, laboral o social.

La falta de referentes en los que reflejarse y que les sirvan de modelos.

La importancia de visibilizar

Le comentamos a Guerrero que hay quien no comprende que las deportistas hablen de su orientación sexual, pero él tiene muy clara su postura. “La existencia de referentes es clave en los procesos de autoaceptación de las personas LGTBIQ+, en la ruptura de los estereotipos o en la conquista de espacios. Es fundamental especialmente en el deporte, donde la visibilidad es más complicada por su carácter heteropatriarcal y binario. Para conseguir que el deporte sea más diverso e inclusivo, también necesitamos personas heterosexuales aliadas que rechacen los continuos gestos e insultos LGTBIfóbicos y machistas que se dan en los espacios deportivos", señala.

"Las lesbianas estamos sometidas a la sexualización y cosificación de la miradada masculina"

Eugenia Tenenbaum asegura que para luchar contra la invisibilización lésbica, hemos de comprometernos a llamar a las cosas por su nombre y atrevernos a abrir la puerta a nuevas hipótesis e interpretaciones. “También hemos de condenar la homofobia sin miramientos. Si a la hora de hablar de ciertos referentes culturales no obviamos su heterosexualidad, ¿por qué seguimos obviando la homosexualidad? Mientras la sexualidad se siga considerando una "cuestión privada" sólo cuando se sale de la heteronorma, seguiremos teniendo problemas de invisibilización. Además, las lesbianas lo tenemos difícil por partida doble, pues estamos sometidas a una sexualización y cosificación constante por parte de la mirada masculina, de manera que muchas veces, cuando existimos en las películas o en los libros, no lo hacemos para crear nuestras propias narrativas, sino para encajar en la narrativa del deseo masculino heterosexual”, dice la historiadora de arte.