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Prohibir las charlas sobre identidad de género y orientación sexual en el aula es inútil para niños o adultos
Uno de los apartados del proyecto de ley de Florida “Derechos de los padres en la educación”, aprobado por la Cámara de Representantes y el Senado del estado, y ya convertido en ley por el gobernador Ron DeSantis, prohíbe cualquier debate acerca de la orientación sexual o la identidad de género en las aulas de primaria. Sus partidarios afirman que el proyecto de ley le permitirá a los padres una mayor participación y control en torno a la discusión de temas que consideren “sensibles” o “inapropiados” para los niños pequeños; los opositores, quienes apodaron la legislación como el proyecto de ley “No digas gay”, encuentran este razonamiento tanto ilógico como hipócrita
“Este proyecto de ley es claramente un proyecto de ley anti-LGBTQ”, dice Roberto Abreu, un profesor asistente en el departamento de psicología de la Universidad de Florida (UF), cuya investigación se centra en la intersección de las personas LGBTQ afroamericanas en sus familias, la crianza de los hijos y las hijas y la comunidad. “Lo que realmente me molesta de todo esto es que los padres ya hacen comentarios de manera muy heteronormativa o cisnormativa, que traen a colación la sexualidad y la orientación sexual y el género”, señalando las fiestas de revelación de género ampliamente practicadas y los comentarios casuales sobre las infancias y sus enamoramientos en el aula.
Abreu, quien tiene un doctorado en psicología de asesoramiento y se ocupa de las relaciones entre padres e hijos afroamericanos y sus hijos LGBTQ, se tomó un tiempo para discutir esta legislación, cómo hay que tener estas conversaciones con los niños pequeños de manera que sean apropiadas para su edad y nivel de desarrollo, y lo que los adultos pueden hacer para superar la homofobia y la transfobia en donde estas prohibiciones tienen sus raíces. (Esta entrevista fue editada por razones de longitud y claridad).
Miembros y simpatizantes de la comunidad LGBTQ asisten a la manifestación 'Say Gay Anyway' en Miami Beach, Florida, el 13 de marzo de 2022. (Chandan Khanna/Getty Images/TNS)
El proyecto de ley “Los derechos de los padres en la educación” de Florida prohíbe las discusiones en el aula acerca de la orientación sexual o la identidad de género para los estudiantes en los grados de primaria, o de manera que no se considera apropiado para el desarrollo o la edad de esos estudiantes. Según tu experiencia, ¿cuál sería la edad adecuada para empezar a tener conversaciones con los niños acerca de la orientación sexual y la identidad de género?
Se puede empezar a hablar de ello tan pronto como los niños saquen el tema. Por supuesto, los niños lo sacarán a relucir en formas apropiadas para su desarrollo y nuestra respuesta también debería serlo, ¿no? Hay estudios que demuestran que los niños empiezan a entender su género a partir de los 3 años, así que, una vez que lo sacan a colación, se abre la conversación. No deberíamos esperar a “la gran charla” en la adolescencia. Deberíamos empezar a plantear esas conversaciones lo antes posible de una manera apropiada para el desarrollo, porque lo interesante es que los padres ya están planteando estas cosas. Por ejemplo, frases como: “¿Qué chica o chico crees que es guapa o guapo en tu clase? Puede que esté enamorado de ti”. Los comentarios respecto a la orientación sexual y la identidad de género se hacen en torno a los niños todo el tiempo, solo que lo hacemos de forma muy heteronormativa y cisnormativa. No hay nada que me afecte más que las fiestas de revelación de género, en las que la gente revela su género, su biología, sus cromosomas y sus genitales. Eso es lo que estamos haciendo, revelar los genitales, así que claramente la gente no tiene problema en hablar de esto a menos que sea en el contexto de la gente trans y queer. Además, ¿no deberíamos confiar en los profesores y las profesoras, quienes son educadores formados y formadas y tienen experiencia con la juventud y el desarrollo, para tener estas conversaciones? Confiamos en ellos y ellas para que le enseñen todo lo demás a nuestros hijos e hijas.
¿En qué se diferencia eso de evaluar el desarrollo de una infancia para este tipo de conversaciones? ¿Qué se suele usar para determinar si una infancia está preparada desde el punto de vista del desarrollo para mantener este tipo de conversaciones?
No sé si veo la diferencia. Pensando en el desarrollo, deberíamos pensar así cuando introducimos cualquier concepto en un aula, no solo cuando se trata de temas LGBTQ. Es importante, por ejemplo, hablar con los niños en la escuela primaria acerca los nombres adecuados y apropiados de las partes del cuerpo. No creo que haya necesariamente una fórmula en este caso. La otra parte interesante de este proyecto de ley es que está casi redactado de manera que la gente diga que solo quiere asegurarse de que se habla de estas cosas de la manera correcta y que estos no son temas apropiados para niños tan pequeños, pero son temas apropiados porque ya hemos estado hablando de ellos. En ese contexto, ni siquiera deberíamos tener conversaciones con las infancias acerca de si les gusta otra chica o chico de su edad, porque eso también debería considerarse inapropiado.
¿Cuáles son algunos ejemplos de lo que sería una conversación apropiada, de acuerdo con el desarrollo o la edad, acerca de la orientación sexual o la identidad de género? ¿Qué se trataría en ese tipo de conversación?
Usaré un ejemplo de mi vida personal. Mi esposo y yo tenemos un hijo de 7 años; un día del año pasado llegó a casa y dijo: “La mayoría de mis amigos tienen una mamá y un papá”. ¿Cómo puedo tener esa conversación? (Los profesores también deberían abordar este tema de forma adecuada para el desarrollo de cualquier niño, para que vea representada a su familia y sepa que su profesor se preocupa por mantener una conversación acerca de su estructura familiar, que puede ser diferente y quizá no sea la norma). La mayoría de los niños no tendrán dos padres o dos madres, pero los profesores, las escuelas y los padres deberían tener estas conversaciones. Con el lenguaje de este proyecto de ley, este tipo de conversaciones nunca podrán suceder, porque ¿cómo se le explica a un niño que tiene dos padres sin mencionar la orientación sexual? Los niños tienen preguntas. No hay que hablar de relaciones románticas en ese momento, pero ¿cómo se habla de dos hombres que forman una familia para un niño que tiene dos padres, o dos madres, sin nombrar quiénes son? Los libros que se leen en las aulas pueden mostrar una gama de personas y familias. Este es un aspecto más de la diversidad, y los estudiantes LGBTQ merecen ser vistos, escuchados y atendidos.
Lo primero que hago es afirmar o disipar cualquier mito que el niño o la niña pueda haber oído. En este ejemplo concreto, afirmo que “Sí, tienes razón. La mayoría de tus amigos no tienen dos padres. Tus padres son homosexuales, lo que significa que nos sentimos atraídos, estamos enamorados, nos gusta formar relaciones y familias con dos hombres. Los padres de tus amigos pueden ser heterosexuales, o tal vez sean bisexuales, pero tienen una mamá y un papá”. Estás poniendo el contexto en palabras que el niño está usando por sí mismo. Creo que es apropiado ser honesto, directo, franco y usar el lenguaje y las palabras que el niño está usando.
Miembros y simpatizantes de la comunidad LGBTQ asisten a la manifestación 'Say Gay Anyway' en Miami Beach, Florida, el 13 de marzo de 2022. El Senado de Florida aprobó el 8 de marzo un controvertido proyecto de ley que prohíbe las lecciones sobre orientación sexual e identidad de género. (Chandan Khanna/Getty Images/TNS)
¿Por qué crees que la gente parece sentirse tan incómoda con la idea de educar a los niños acerca de su cuerpo de forma que se les informe sobre temas relacionados con el sexo?
Creo que somos una sociedad muy conservadora. Creo que también podemos cuestionar por qué no enseñamos educación sexual positiva en la escuela secundaria. ¿Por qué no hablamos de que las personas identificadas como mujeres toman decisiones respecto a su propio cuerpo? El poder y el control son una explicación. Otra podría ser la propia percepción de los adultos de pensar erróneamente que los niños no están preparados para tener estas conversaciones. Tienen que ser apropiadas para la edad, pero creo que las ideas que tienen los adultos respecto a su propia incomodidad con estos temas es parte de ello. Sin embargo, creo que en el fondo se trata de transfobia y homofobia. Estos proyectos de ley no se producen de forma dispersa, y mucha de la atención en este proyecto de ley ha girado en torno a la orientación sexual, pero también se trata del género y de que los legisladores intentan borrar a los jóvenes trans. Se trata de borrar por completo a grupos de personas que no vemos como dignos de ser personas y humanos de los espacios físicos, de la historia, de los libros, de todas partes. Creo que esa es la verdadera razón, que es la incomodidad de que los cuerpos trans y los cuerpos queer existan de forma plena y libre, y como sus auténticos seres en la sociedad.
Además, la sociedad es contradictoria. El sexo está en todas partes: en la televisión, en el cine, en la publicidad; pero no hablemos de ello con nuestros hijos... Hay una verdadera dicotomía. Nos parece bien que haya muchas muestras de sexualidad, ¿pero no esto? Los niños necesitan información sobre el sexo, y la necesitan de parte de los educadores y los padres. El problema es que la mayoría de los padres no están preparados para hablar de ello o simplemente no saben cómo hacerlo. Además, para algunos niños, la escuela puede ser el único lugar en donde son aceptados.
¿Cuáles son las mejores formas de pensar y acercarse al equipamiento de los niños con este tipo de información?
Cada uno puede tener sus propias razones, pero creo que la gente debería buscar ayuda, y no lo digo de forma condescendiente. Como adulto, debes hacer tu propio trabajo. Si te sientes incómodo al hablar de estos temas —aunque haya una gran cantidad de literatura y pruebas y Google—, lo entiendo. Entiendo que la gente se sienta incómoda, y no me enfada la incomodidad de nadie, pero no proyectes eso en otras personas ni se lo transmitas a las infancias, tampoco las uses como peones en esto. Hagan su propio trabajo, hagan su propia terapia, y equípense con materiales y recursos, aprendan acerca de estos temas. Creo que trabajar en uno mismo es importante y un gran punto de partida. Aquí hay algunos ejemplos en los que puedes encontrar libros LGBTQ apropiados para la edad de los niños.
