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Familias lesbomaternales y el eterno viaje que implica ser una mamá lesbiana


2022-01-27
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Cultura Colectiva News

Conoce la historia de Susana, Ana y Miztli; mujeres que conforman familias lesbomaternales y que con su lucha lograron cambiar parte de las leyes en México. En México falta un gran camino por recorrer para incluir modelos que contemplen diversas formas de maternidad dentro de un contexto en el que históricamente las mujeres lesbianas han sido invisibilizadas. La historia de amor y de lucha tanto de Susana como de Ana y Miztli para registrar a sus hijos como miembros de una familia lesbomaternal, fue un precedente para cambiar las leyes en el país.

La lesbomaternidad consiste en ejercer la crianza de hijas o hijos entre dos mujeres lesbianas que deciden constituir una familia fuera del modelo heteronormativo, ya sea concibiendo por medio de métodos de reproducción asistida o bien reconstituyéndola con hijos de relaciones anteriores.

Susana Cerna, madre y chef mexicana de 38 años, se fue a vivir a España desde que terminó la preparatoria; ahí se casó desde hace 5 años y decidió tener hijos con su pareja.

Actualmente, sus mellizos nacidos en Madrid bajo el método ROPA (Recepción de Ovocitos de la Pareja), tienen dos años y e históricamente son considerados los primeros niños registrados con doble nacionalidad entre México y España.

Aunque Susana logró obtener dicho registro sin tener que viajar a su país natal, México, el trámite tardó mucho tiempo y tuvo que realizar una serie de papeleos ante la embajada.

“Hice todos los trámites para la doble nacionalidad aportando todos los papeles de la clínica de fertilidad e incluso todas las páginas web donde se explica qué es el Método Ropa (Recepción de Ovocitos de la Pareja) porque no era algo conocido en México y había muchos vacíos legales”, dijo a Cultura Colectiva.

De acuerdo con la revista médica certificada Reproducción Asistida ORG, el método ROPA es un tratamiento exclusivo para parejas de mujeres, que consiste en que una de ellas aporta los óvulos y la otra llevará a cabo el embarazo. Con ello, el método hace posible que las dos mujeres puedan sentirse involucradas en la búsqueda de su futuro hijo.

Cabe señalar que en España no se puede hacer un trámite de registro si no se está legalmente casada. 

“No es nada fácil tener hijos en parejas gay. Si bien gracias a la situación en la que estamos, que es vivir en un país que es completamente friendly y tiene facilidades, aún así es una situación muy complicada”, mencionó.

A los 2 años de casarse, intentaron tener hijos por medio de la inseminación artificial; primero su pareja y luego ella. El proceso duró 3 años con intentos en clínicas privadas y públicas porque en España la sanidad pública actualmente lo cubre, ya sea como mujer soltera o con pareja como forma de incentivar la natalidad. 

“Todo estaba a nuestro favor y aún así fue un proceso de tres años complicados. Creo que tienes que tener mucha madurez y tranquilidad mental, porque entiendo que hay parejas que llegan a divorcios o depresiones”.

Luego de varios análisis físicos, tratamientos de fertilidad artificiales, el pago de medicamentos caros que consistían en 600 o 700 euros un día sí y un día no, Susana y su esposa cambiaron de estrategia: la fecundación in vitro (FIV), la cual consiste en tomar un óvulo para inseminarlo en un laboratorio.

“En este proceso se puede elegir el Método Ropa como nosotras lo hicimos, que es que toman óvulos de una mujer, los inseminan y luego los insertan en la pareja para fecundarla”. 

En Europa por ley, máximo se pueden insertar tres óvulos, pero los doctores van haciendo recomendaciones, según cada paciente.

“Es muy bonito porque mi pareja los gestó, los parió, son sus hijos, pero los ves y tienen completamente mi genética, mi cara”, dijo.

Y no todo es igual para cada mujer, pues hay quienes deciden reconstituir familias, como el caso de Miztli Leal, de 38 años, activista por los derechos de las personas LGBT+, quien tuvo 2 hijos (de 15 y 10 años) de una relación heterosexual y actualmente es madrastra de dos pequeños de su actual pareja, Ana de Alejandro, de 43 años, quien también tuvo 2 hijos, pero de una relación lesbomaternal.

Ana de Alejandro es activista, feminista, lesbiana, madre y madrastra. Nació en La Paz, Baja California y desde el 2003 vive en la Ciudad de México, en donde tuvo la oportunidad de conocer a varias activistas y mamás.

“Me acerqué a las maternidades lésbicas, me gustó bastante y pues yo le informé a mi pareja de aquel entonces que quería ser madre, así que, pues empezamos a ver qué opciones había”, dijo a Cultura Colectiva.

En 2005 contactaron a un especialista en reproducción asistida que les dio los precios y las diversas posibilidades para tener hijos, pero en ese momento se dieron cuenta que tener acceso a la maternidad era complicado y muy caro.

“En este momento yo no te sabría decir los costos porque obviamente han variado, pero en aquel entonces rondaba desde los 60 mil hasta los 200 mil pesos”, afirmó.

A inicios de 2006 y cuando finalmente ahorraron el dinero, se decidieron por el método ROPA, el cual en sus propias palabras “pegó a la primera”.

“Se usaron mis propios óvulos y los de ella. Me implantaron de regreso dos de ella y uno mío y al final quedaron dos, que resultaron ser uno y uno”.

Ana de Alejandro y su entonces pareja crearon la página “Las dos mamis” con la finalidad de visibilizar las vicisitudes de las maternidades lésbicas, por lo que se convirtió en el primer blog en español con esta temática. 

En 2010 Ana y su entonces pareja hicieron ejercicio de su matrimonio en la Ciudad de México y debido a esa circunstancia, legalmente sus hijos estaban registrados únicamente con sus apellidos porque ella los había gestado.

Para visibilizar esta problemática, Ana fundó el 30 de diciembre de 2012 la Red de Madres Lesbianas en México y entre ella y su esposa buscaron a más mujeres que necesitaran el reconocimiento de sus hijos.

Con ayuda de la abogada Alehlí Ordoñez, lograron el reconocimiento de apellidos cuando sus hijos tenían 7 años y debido a que encontraron a más mamás con la necesidad de unirse al litigio estratégico, fue así como el 20 de agosto de 2013 se realizaron los primeros reconocimientos de hijos e hijas de madres lesbianas. 

“Ya existen muchas leyes que deberían hacerse válidas, así que de base se necesita una sensibilización de personas que trabajan en servicio público, que conozcan las leyes y que sepan cómo aplicarlas”, dijo Miztli.

Actualmente, la red de apoyo cuenta con casi 4 mil familias lesbomaternales distribuidas en todo México.

Ana se separó hace casi 6 años y posteriormente inició una relación con Miztli, con quien reconstituyó una familia de seis, es decir, ella, sus dos hijos, Miztli y sus dos hijos.

Desde entonces, tanto Miztli como Ana se han encargado de visibilizar a las familias lesbomaternales en México y han apoyado a otras mamás que están atravesando por lo mismo que ellas han enfrentado, ya que en la actualidad todavía falta armonizar las leyes.

“Como madres lesbianas lo más importante es darles las herramientas a las hijas e hijos. Si nosotras sabemos que el mundo discrimina, entonces lejos de escondernos es prepararnos, estar con elles y prepararles el camino”, concluyó Ana de Alejandro.