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El romance gay de ‘Euphoria’ que todes –o casi todes- querríamos tener
ALERTA DE SPOILER: este artículo contiene spoilers del episodio 3 de la temporada 2 de Euphoria de HBO Max. Si no has visto aún Rumminations: Big and Little Bullys ¡No sabemos a qué esperas! La segunda temporada de Euphoria ha roto el récord de audiencia en la plataforma de películas y series HBO Max con el estreno de su tercer capítulo. En la primera parte del capítulo podemos explorar el pasado de Cal Jacobs, el padre de Nate –Jacob Elordi-, que es interpretado por Eric Dane.
La retrospectiva del padre de Nate nos traslada a su juventud y la relación tan especial que tiene con su mejor amigo. Todes nosotres hemos podido llegar a odiar a Cal Jacobs por actitud autoritaria y corrupta en la serie. Parece ser el padre perfecto pero esconde un gran secreto que podría –según él- arruinar toda su vida. En su tiempo libre engaña a su mujer con hombres jóvenes y mujeres trans en habitaciones de motel.
La historia de amor
El tercer capítulo nos ha hecho sentir simpatía con Cal Jacobs. Cuando eran adolescentes, Cal y su mejor amigo Derek se enamoraron a los dieciocho años.
El joven Cal es interpretado por Elias Kakavas y su mejor amigo Derek por Henry Eikenberry, Rue –Zendaya- narra la secuela.
Comparten su vida entera juntos. Compañeros de wrestling –fantasía de muches-, hablan de todos los detalles que les acontece: su vida amorosa, sexual, novias… Participan en actividades atrevidas como liarse con sus novias en la misma habitación.
Sus miradas hacen que sospechemos que existe química entre ellos. ¿Algo debería pasar verdad? Todo ello acompañado de vestuario de chaquetas Varsity, gafas Ray-Ban Wayfarer, zapatillas Reebok y un soundtrack de canciones de 1987 que se agradece: Mystify de INXS, Never Let Me Down de Depeche Mode y Lips Like Sugar de Roxette y Echo & The Bunnymen.
Dos chavales de lo más atractivos que compartían confidencias juntos y eran mejores amigos. ¿Sabéis qué? El amor siempre gana y finalmente los sentimientos salen a la luz. En la noche de graduación –no hay noche más emotiva para unos adolescentes- Derek insiste a Cal en ir a celebrarlo.
Llegan a un bar que resulta tratarse de un lugar de ambiente. Tras varios shots, cruzan la línea de la amistad. Se dirigen a la pista de baile mientras suena de fondo Never Tear Us Apart de INXS en la máquina de discos.
La química entre ellos es palpable en el ambiente y sobresale de la pantalla. Finalmente, se miran, se acercan, abrazan sus verdaderos sentimientos y… ¡BOOM! ¡¡SE BESAN!!
Una escena realmente linda, maravillosa, espectacular y sobre todo: real. Ambos reconocen lo que es el amor y el verdadero sentimiento de sentirlo hacía alguien de tu mismo sexo. Dejan a un lado las convicciones impuestas por sus familias, apartan lo secundario y se centran en lo que importa, ellos.
A la mañana siguiente de lo ocurrido, el éxtasis de Cal de finalmente sentirse liberado es interrumpido. Una llamada de teléfono de la que es su novia le despierta para darle la noticia de que está embarazada, él rompe a llorar. La felicidad llega a su fin en este instante. Nuestros corazones quedaron hechos añicos al ver su tristeza.
Quién sabe si continuarán con el desarrollo de la vida del padre de Nate o simplemente han contextualizado su pasado para entender al completo a Cal Jacobs.
No todos los finales son de cuento, pero la historia es digna de ser envidiada. La lucha de la racionalidad de los sentimientos se encuentra por encima de cualquier barrera que nos impongan. El amor triunfa pero sin embargo nos deja con un final bastante agridulce.
