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“Te tratan como a un criminal”: el testimonio de un sobreviviente de terapias de conversión en Jalisco, cuna de los ECOSIG


2021-08-04
https://www.infobae.com/america/mexico/2021/08/04/te-tratan-como-a-un-criminal-el-testimonio-de-un-sobreviviente-de-terapias-de-conversion-en-jalisco-cuna-de-los-ecosig/
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En la entidad operan algunos de los grupos más activos, como Courage Latino, Venser, o Valora Conciencia en los Medios; a pesar de esto, todavía el Congreso estatal no ha aprobado la iniciativa legislativa para prohibir estas prácticas. “Tú eres heterosexual. El sentimiento homosexual lo adquiriste o lo desarrollaste por factores que pasaron en tu infancia. Así que, el que tú desarrolles tu atracción heterosexual es tan difícil como enseñar a volar a un ave, o a nadar a un pez”.

Con esas palabras, el psicólogo mexicano Everardo Martínez cerró un insólito taller en línea que organizó a finales de junio. Se trató de una de sus primeras apariciones tras el escándalo que protagonizó en 2019, cuando aseguró a un periodista de Ruido en la Red que él puede “curar” la homosexualidad de sus pacientes en cuatro meses, por un precio de 900 pesos la sesión.

Everardo lidera Venser, una clínica con sede en Jalisco que promete desarrollar la heterosexualidad de gays, lesbianas y bisexuales a través de asesorías. El webinar que impartió en junio requería invitación, pero Infobae México pudo acceder y comprobó que el pseudo terapeuta sigue operando y ofreciendo los mismos servicios.

Aunque en este episodio desmantelaremos las peligrosas prácticas y falacias de Venser, el capítulo no se centra en la figura de Everardo Martínez. En realidad, esta es la historia de Luis, quien sabe de primera mano que las sesiones del psicólogo son un fraude. Y es que Luis aprendió, después de años de sufrimiento, que combatir la homosexualidad no es como enseñar a nadar a un pez; realmente es como pretender que respire fuera del agua.

Tras conocer a Jazz Bustamante en Veracruz y descubrir cómo algunas Iglesias y centros de rehabilitación someten a personas LGTBI a ritos absurdos y denigrantes, Infobae México cruzó el país rumbo a Jalisco, que se convierte en el tercer escenario de esta serie.

Para muchos, la entidad bañada en las aguas del Pacífico es la cuna de los Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual o Identidad de Género (ECOSIG). Allí, forjaron sus raíces algunos de los grupos más activos, como Courage Latino, Venser o Valora; y desde ese estado, coordinan su operación a nivel nacional.

En la ciudad de Guadalajara, capital de Jalisco, conocemos a Luis, un chico de un poco más de 30 años, de carácter risueño y amable. En realidad, no se llama así; es un nombre ficticio que utilizamos para proteger su identidad, porque prefiere mantener su anonimato.

Al principio parece nervioso, pero solo minutos después la timidez inicial desaparece. Con una media sonrisa comienza a relatar su historia, y lo primero que nos cuenta es que ahora es mucho más feliz de lo que era hace unos 14 o 15 años.

“Desafortunadamente, cuando salí del closet, o más bien, me hicieron salir del closet, mi experiencia no fue la mejor. Por el miedo y el desconocimiento que existía en mi familia, se me invitó u obligó a ir a terapias de conversión y no fue una experiencia agradable. Asistí a grupos como Courage [Latino] y Venser, y estas prácticas me marcaron de por vida”, explicó el jalisciense.

Rememorar lo que vivió en los dos ECOSIG es duro, pero quiere compartirlo para lograr que este tipo de prácticas se prohíban y que así, su historia no se repita. Por eso, su voz nos lleva atrás en el tiempo, en un viaje que comienza cuando estaba a punto de cumplir la mayoría de edad.

El grupo no solo tiene presencia en Guadalajara, sino también en la Arquidiócesis de Monterrey (Nuevo León), Guanajuato (León), Guayaquil (Ecuador) y Río de Janeiro (Brasil). En 2019 también se anunciaban en CDMX, donde tenían sede en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. Ahora estas prácticas están prohibidas en la capital. Para quienes no residen en estos lugares, proporcionan un correo electrónico; cuentan con un "foro en línea y un grupo de apoyo".

Al igual que el resto de su familia, Luis es católico. Creció en el corazón de Guadalajara y desde pequeño, su religión y su relación con Dios fueron pilares fundamentales en su vida. Sin embargo, hubo un momento en el que su vínculo con la Iglesia se quebró.

Cuando tenía 17 años, sus padres descubrieron que era gay. Él nunca había hablado de su orientación sexual en casa, pero de algún modo, sus familiares se enteraron y le forzaron a asistir a las mal llamadas “terapias de conversión”.

“Muchos me preguntan si es culpa de mi familia y... pues no. No es su culpa... Mi familia también fue víctima de un amor mal enfocado. Lo triste es que un amor mal enfocado puede ser muy dañino y puede llegar a matar”, explicó Luis.

A través de su congregación, supieron que existía en Jalisco un grupo católico que brindaba “atención espiritual” a las personas con “atracción hacia el mismo sexo” o AMS. La organización contaba con la bendición del Vaticano y realizaba asesorías semanales. Frecuentemente, organizaban retiros dirigidos a personas LGTBI para “curarlas”.

Aunque al principio él se negó a ir, su entorno lo presionó y al final, acudió a las jornadas. Así fue como pasó un fin de semana recluido en uno de los ECOSIG más grandes y activos de México, impulsado por un sector de la Iglesia Católica: Courage Latino.

“Te trataban como a un criminal. Desde que entrabas te revisaban tu maleta, te tiraban todas las cosas al suelo, las tenías que juntar. Entraban en tu cuarto a medianoche para revisar lo que estabas haciendo. Te levantaban a cierta hora de la madrugada para que fueras a hacer alguna actividad que decidían que tenías que hacer. Limitaban tu comida y tu bebida... Y yo pensaba, ‘pero bueno, ¿qué hice? ¿por qué me están tratando así?’”.

El retiro se dirigía exclusivamente a personas homosexuales, entre las que había varios sacerdotes. Duró tres días y en ese tiempo, los asistentes tenían que seguir los 12 pasos de Alcohólicos Anónimos, un método de rehabilitación que creó esa organización para tratar la adicción a la bebida y que en las últimas décadas han imitado algunos grupos que consideran la atracción al mismo sexo (AMS) una enfermedad.

El procedimiento es íntegramente espiritual y no se basa en fundamentos médicos o científicos. Consiste en que cada individuo realice un inventario moral donde enumera todos sus defectos y los pecados que cometió a lo largo de su vida; después, pide perdón a Dios y también, a las personas a las que hizo daño con su conducta. A través de la oración, debe intentar acercarse a Jesucristo para lograr un despertar espiritual.

Mientras realizaba los 12 pasos, a Luis le hicieron sentir “una culpa extrema” por ser homosexual. En las terapias les hacían gritar y, a su alrededor, varios compañeros sufrieron shocks emocionales sin que nadie les asistiera.

“Apenas iba a ser un supuesto mayor de edad según la ley, y te tiran todos los cimientos que hasta ese momento habías logrado construir, que eran de arena, y te dicen que el ambiente gay es lo peor que puede existir. Había personas gritando, ‘¡sí, yo voy a cambiar!’ Y entonces, un sacerdote llegaba y decía que tenías que ser como el águila que se arranca cada una de sus plumas y sus picos para renacer. Y te daban un frasco de vidrio y te hacían romperlo”.

Algunos de los asistentes lloraron todo un día, tumbados en el piso. Cuenta que incluso, una persona le ofreció sexo en el retiro. Aunque les dijeron que era una actividad espiritual, a él le parecieron prácticas muy humillantes.

“Era muy degradante. Hacían una terapia como de un feto y yo vi como unas personas entraban en catarsis y no tenían ningún tipo de primeros auxilios emocionales. Y hubo personas que entraron en paro emocional. Fue horrible. Esas personas creo que duraron llorando como un día entero y fue muy feo. Yo la verdad es que iba como con un escudo, ¿sabes? Como... no quiero”.

Courage Latino “es una red muy grande”. Su base se ubica en Guadalajara, pero también organizan jornadas espirituales en Los Altos de Jalisco o en puntos de Guanajuato: “las hacen en las casas que les prestan, porque están conectados con las diferentes diócesis, las casas de monjas de otros lados, etc.”.

Además tienen “capítulos” en Monterrey (Nuevo León), Guayaquil (Ecuador), Río de Janeiro o Brasilia (Brasil). Antes se anunciaban también en la Ciudad de México, que fue su primera sede en la República, pero en la capital las terapias de conversión están prohibidas desde el 2020. Para quienes residan en otros estados también tienen opciones, al contar con actividades en línea y con un correo electrónico, según detallan en su sitio web.

Más allá de esta información, que es pública, el grupo actúa “bajo estricta confidencialidad” y es difícil acceder a sus actividades si no formas parte de su círculo.

“Operan en la clandestinidad porque saben que lo que hacen no está avalado por ningún tipo de organismo de la salud. [...] Es un tipo de terapia de conversión, sí, sí lo es y viven de dádivas y de engañar a la gente y lo saben”, agregó Luis.

Sin embargo, Courage Latino se diferencia del resto de grupos que han aparecido en esta serie sobre ECOSIG en que ellos no te piden cambiar, sino vivir en castidad. Para la Iglesia Católica, la homosexualidad no es un pecado, pero sí lo son las relaciones íntimas entre personas del mismo sexo, o en definitiva, cualquier acto sexual que no tenga como fin último la procreación.

Durante los tres días que pasó en el retiro, Luis se sintió muy culpable por ser gay y al mismo tiempo, rechazado por su Iglesia.

“Me alejé completamente de la religión. Obviamente sí hubo un quiebre total por más de 10 años. ¿Por qué? Porque dije... la religión me odia. Tal vez no Dios pero sí la Iglesia y sí la religión. Eso me afectó mucho y esas heridas se quedaron ahí durante bastante tiempo”.

Antes de marcharse, los organizadores de Courage les hablaron a los participantes sobre una clínica en Guadalajara que supuestamente les ayudaría a quitarse la conducta homosexual.. El consultorio, dijeron, se llamaba Venser.

“Al final del retiro de Courage te dan la gran solución y te presentan, después de que estás totalmente destrozada, destrozado o destrozade, te dicen ‘aquí está la solución’. Y salen los grandes salvadores de Venser a decirte: ‘Vengan, páguenme a mí, porque yo te puedo cambiar a heterosexual’”.

La pseudo clínica Venser

Luis no podía creerlo. Le parecía surrealista que en Guadalajara existieran psicólogos que proclamaran abiertamente que podían curar la homosexualidad y además, convertir a sus pacientes en heterosexuales. Pensó que se trataba de “una gran estrategia de marketing” apoyada por Iglesias y sectores conservadores, y pronto descubrió que era mucho peor que eso.

Al principio, cuando le hablaron de Venser, se negó a ir. La clínica estaba ligada a la religión cristiana protestante y él era católico. No comprendía por qué Courage Latino, un grupo vinculado a la Iglesia de Roma, les había recomendado estas sesiones. Sin embargo al final, por distintos motivos, decidió probar la terapia.

“¿Por qué fui? Bueno, por situaciones por las que la vida me llevó a tener que asistir. [Dije] vamos a tomar la terapia. En contra de todos tus principios toma la terapia. Es una de las decisiones que más me costó en mi vida. [...] Al final de cuentas soy católico y me encomendé”, contó.

Desde la primera sesión, el procedimiento distó mucho de un tratamiento profesional. Le atendió el psicólogo Everardo Martínez, dueño de la clínica, quien enseguida abordó a Luis con preguntas muy íntimas sobre sus relaciones sexuales.

“A mí Everardo me obligó a que hablara de mi sexualidad, a darle cuentas a mi familia al respecto. Cuando le conté toda mi historia, mi vida, me dijo: ‘Bueno, bueno, muy bien, ¿y eso qué? A mí háblame de quién te gusta, con quién tienes sexo, etc.’. Entonces la pregunta es, ¿realmente eso es lo que importa? Porque nadie me lo cuenta. Yo lo viví por años”, explicó Luis.

Por entonces, la clínica cobraba 500 pesos semanales y la asistencia era obligatoria. Ahora el costo es más elevado: 900 pesos por sesión.

“No importa si estás enfermo, no importa si tienes exámenes finales, si tienes tu graduación, si tienes que entregar lo que sea. Tienes que asistir una, dos o tres veces a la semana con un costo bastante alto”, recordó.

Pero lo peor era el trato que recibía. Por órdenes del supuesto terapeuta, le impedían realizar cualquier actividad social. La dejaron prácticamente recluido, sin televisión, sin Internet, sin teléfono, auto, o dinero.

“Me limitaron física y digitalmente por recomendaciones del mismo psicólogo, ya que la terapia incluye que te aíslen completamente, que no puedas tener contacto con tus amistades, incluso con tus familiares externos más que tu familia directa. Que no puedas tener acceso de preferencia a televisión, internet, que no tengas un celular propio, que te corten tus recursos económicos, si se puede que no tengas automóvil...”, recordó Luis.

Por supuesto, la terapia no surtía ningún efecto. El se seguía sintiendo igual de atraído por los hombres. Pero en ese momento, alejando de sus amigos y de su entorno, se iba quedando cada vez más solo.

Durante las consultas semanales, había muchos puntos que no le hacían sentido, pero no podía discutir estas afirmaciones sinsentido de Everardo porque no existía un diálogo entre ellos: “Era simplemente lo que él decía y ya”.

Al entender que aquella terapia no funcionaba, solo le quedó fingir y resignarse. Mentía y le decía a Everardo que estaba cambiando, que se estaba transformando en un heterosexual. Visto así, parecía inofensivo. Iba, mentía, se marchaba y le dejaban en paz. Sin embargo, aquel rechazo constante por parte de la sociedad, de su entorno, de su Iglesia y su religión, unido a la humillación que vivió en los dos ECOSIG y la vergüenza que sentía por ser quien era, iba calando en él.

Poco a poco y sin darse cuenta se quedó atrapado en una espiral de sentimientos que casi lo destruye. Cayó en una depresión que le empujó a consumir sustancias. Y no fue el único efecto que le dejaron las sesiones con Martínez.

“Las terapias de conversión tienen efectos bastante graves y pueden ocasionar, según los reportes de la APA que es la Asociación Americana de Psicología, algunas consecuencias fatales. Desde culpa, depresión, desamparo, desesperanza, vergüenza, aislamiento social, abuso de sustancias, estrés, decepción, falta de autoconocimiento, reducción de autoestima y autenticidad hacia los demás, aumento del odio hacia ti mismo, hostilidad y culpa hacia los padres o hacia tu familia en general, sentimientos de ira y de traición, pérdida de amigos y de posibles parejas románticas, problemas en la intimidad sexual y emocional, disfunción sexual, conductas sexuales de alto riesgo, pérdida de fe...”, enumera el tapatío.

“Prácticamente todas esas consecuencias las sentí en algún momento, pero entonces no me di cuenta. Estaba como en modo zombie, como en modo automático, viviendo lo que tenía que vivir y ya”, agregó.

Además, en algunos casos puede orillar a la persona al suicidio.

“Las terapias de conversión se tienen que prohibir porque pueden causar la muerte, es un tema de discriminación pero también de salud pública. Y nadie me tiene que contar que pueden causar la muerte porque yo lo vi, yo lo viví, yo supe de dos personas que fallecieron y no, no es que se mueran en las terapias de conversión, sino que causan suicidio”, apuntó el tapatío.

Luis comenzó a acudir a las sesiones de Venser en 2007 y estuvo allí varios años. Los problemas emocionales que arrastró por culpa del ECOSIG le persiguieron durante mucho tiempo.

“Aunque tú digas que eso no te lo estás tomando en serio, en tu subconsciente se va quedando y tienes rencor, tienes culpa, tienes odio, y suena tonto, pero la respuesta es el amor. El amor hacia ti mismo, el amor hacia tu familia, el amor hacia los demás”.

Todavía hoy, 14 años después, Venser continúa operando en Guadalajara.