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¿Qué ganan los grupos de odio con su agenda anti-LGBT+?
Aunque en México, nuestro sistema jurídico nos protege de no perder los derechos adquiridos, a nivel legislativo existe el peligro de criminalizar a nuestras poblaciones, que si bien no le quitarían los derechos a aquellas personas que las ejercieron en su momento, sí se podría bloquear o perseguir a aquellas personas que busquen ejercerlos en un futuro.
Un ejemplo claro es el tema de la interrupción legal del embarazo (el aborto) y el matrimonio igualitario. Por fortuna, contamos con una Suprema Corte de Justicia progresista -al menos en la primera sala- que ha resuelto las controversias en temas de Derechos Humanos en aquellos estados que se niegan a acatar las jurisprudencias de la corte, o acatar mismos acuerdos internacionales en temas de género y no discriminación de los que México ha firmado.
La única decepción reciente con la Suprema Corte fue que negó el amparo promovido por grupos pro-LGBT de Yucatán que buscaba forzar al Tribunal Constitucional de Yucatán a que le señale al Congreso yucateco el claro desacato e inconstitucionalidad de la reforma de 2009 al Código Civil del estado que limitó de manera discriminatoria al matrimonio a una unión entre un hombre y una mujer, hecho con la bendición de la entonces gobernadora Ivonne Ortega -quién irónicamente se pavonea por el país como aliada de la comunidad LGBT- y actual pretendiente a la presidencia por parte del PRI para 2018.
Como en el caso de Yucatán, como a nivel federal con la desastrosa iniciativa de Peña Nieto con la agenda LGBT que promovió el 17 de Mayo de 2016, las fuerzas políticas que han movido los hilos en nuestra contra son de la misma coalición que atacan los derechos reproductivos de las mujeres, como en el caso de Veracruz que aún bajo la administración de Javier Duarte lograron penalizar el aborto. Actualmente, suman dieciocho entidades federativas que persiguen a las mujeres por decidir sobre su cuerpo.
La figura más infame detrás de esta coalición anti-derechos, que lo convierten en el grupo de odio más grande del país, el Frente Nazional por la Familia, que acaba de expulsar al regiomontano y empresario libanés Juan Dabdoud. Seguido lo vemos en medios de comunicación promoviendo cosas como su “Autobús de la Libertad” -que no es más que propaganda de odio contra la comunidad LGBT- con una falsa máscara de ser pro-familia y pro-vida, que es código para promover un modelo de familia católica, como bien lo señaló Sabina Berman en su reciente entrevista con el ahora ex-vocero del Frente Nazional por la Familia.
Que no quepa duda al respecto: el objetivo principal de este grupo de odio es el posicionamiento político. Con todo el respaldo económico que reciben de empresas como del osito blanco, y el respaldo en infraestructura para movilizar masas que reciben de muchas iglesias -y sí, principalmente de la Iglesia Católica- tienen todo el capital para cabildear a congresos estatales, ayuntamientos y los mimos tres poderes federales para imponer modelos de familia arcaicos, valores de esclavitud de los cuerpos y destinos de las mujeres, así como querer obligarnos a la comunidad LGBT de volver al clóset que tanto nos ha costado destruir.
Esa es la verdadera Ideología de Género.
