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Pareja gay podrá obtener la custodia legal de cuatro niños que cuidan desde hace cinco años


2020-09-05
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El Clóset LGBT

Después de que el matrimonio igualitario fuera avalado en Costa Rica, Sergio Rivera y Ramón González, una pareja gay, podrán casarse y adoptar a cuatro hermanos y medios hermanos de entre 2 y 8 años años, que cuidan desde el 2015, pero cuya patria potestad seguía siendo del Estado. Ellos tienen más de 25 años de relación y hace cinco años, de la noche a la mañana, se convirtieron en papás de cuatro niños de entre 2 y 8 años. Sergio tenía 50 años y Ramón 45.

Los niños que adoptaron estuvieron durante un año y medio en albergues, refugios y cuidados de familiares hasta que ahora sus nuevos papás pudieron hacerse cargo de ellos, tras un largo proceso administrativo y judicial. Aunque viven con ellos desde hace cinco años, no eran reconocidos legalmente como los padres, la razón por la que los tuvieron es que Ramón es tío abuelo de uno de los menores y era el único integrante de la familia que quiso y pudo tener a los pequeños.

Eran cuatro menores que estaban en riesgo social, por lo que terminaron bajo el cuido de esta pareja mediante la opción llamada depósito (familia de acogida). Este proceso debe ser aprobado por el PANI luego de estudios sicológicos y socioeconómicos. Finalmente, un juzgado de familia da el visto bueno.

Los chicos llevaban año y medio rodando entre albergues y familiares, estaban divididos. Cuando querían devolverlos a todos a un albergue, entró la pareja al rescate.

Ramón tiene parentesco biológico con uno de los niños, ya que es el tío abuelo. Tres de ellos son hermanos. Por esta razón él fue quien recibió el depósito judicial de los chicos. Entonces Sergio, según la ley en aquel momento, en febrero del 2015, quedó fuera legalmente.

“El proceso no fue fácil, nos topamos con rechazo y discriminación. Los niños anduvieron de familiar en familiar durante mucho tiempo y a ellos no les exigieron requisitos que sí le pedían a Ramón. Nos criticaron la falta de experiencia y se le cuestionó a mi pareja que no estaba en su plan de vida hacerse cargo de cuatro niños. Entonces nosotros cuestionamos que ningún aspirante cumple esos requisitos, es una decisión que se toma en determinado momento ante una realidad. Esa fue una de las cosas que tuvimos que enfrentar», agregó un papá.

“Tuvimos que ir a apelaciones, pararnos firmes para demostrarles que el rechazo inicial era infundado y que éramos una alternativa mucho mejor que un albergue”, aseguró Sergio, quien comentó que el proceso duró unos seis meses y hasta tuvieron que cambiar de oficina del PANI pues en la primera en la que tocaron puertas se toparon con discriminación muy frontal. Ya en la segunda oficina los trataron con dignidad y profesionalismo.

“Ante el juzgado yo no soy nadie en este momento, yo no tengo ningún cargo. Pero para ellos, para los chicos, yo soy el papá, nos dicen papá a los dos. Yo me he encargado de matricularlos en el kínder, en la escuela, firmo tareas, aparezco como el autorizado en los cuadernos, los llevo a citas médicas, así que a codazos me he metido en la foto, como dicen”, comentó este vecino de Coronado.

Claro está, ser una familia homoparental y romper esquemas en una sociedad conservadora no es sencillo.

“La maestra de terapia del lenguaje de uno de los chicos no entendía, decía: ’El niño me dice que su papá lo levanta, lo baña, le da de desayunar y lo manda al Cen-Cinai, y que su papá llega en la noche, juega con él, le lee un cuento y lo acuesta. Entonces habla como si tuviera dos papás diferentes’”, contó.

Este fue uno de los escenarios que tuvieron que enfrentar durante el proceso de crecimiento de sus hijos.

Ramón es comerciante, pero se dedicó a los niños a tiempo completo desde que viven con ellos. Sergio es abogado.

Los chicos saben que ellos no son sus papás biológicos, una vez preguntaron por su mamá y la respuesta fue que tuvieron una mamita, pero que no los pudo cuidar y que ahora ellos son sus papás.

Asumir esta responsabilidad obviamente no fue nada sencillo. El centro juvenil de sicología del hospital Calderón Guardia les brindó muchísimo apoyo.

“Más bien nos sentimos muy preparados, a muchos padres los niños les llegan sin manual, para nosotros ellos fueron nuestros ángeles. Nosotros hemos recibido mucha capacitación sobre límites y crianza positiva para enfrentar las diferentes etapas del crecimiento. Los niños recibieron atención sicológica y de apoyo escolar. Ahora se les puede reconocer como niños felices, les encanta jugar bola y play. Han tenido algunos problemas de aprendizaje y llevan terapia del lenguaje, pero era esperable. La idea es que sigan adelante”, comentó Sergio.

La pandemia es la que ha atrasado los planes de Sergio y Ramón para casarse e iniciar los trámites de adopción formal, pues quieren que los chicos tengan sus apellidos y sean los herederos del patrimonio que han constituido.

“En este momento tenemos la confianza de que el sistema no estará en contra de nosotros y que prevalecerá una historia ya formada de cinco años”, dijo Sergio.

 

Con información de lateja.cr