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CIDH eleva por primera vez caso de violencia de Estado en contra de una mujer trans
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos elevó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos un caso de violencia sexual ejercida por parte de elementos policíacos en contra de una mujer transgénero. Se trata del primer caso por violencia de Estado en contra de una persona LGBT que es llevado a la CIDH. El caso es sobre Azul Rojas Marín, una mujer transgénero de 36 años de edad que en 2008, cuando aún se reconocía como varón, fue detenida de forma arbitraria por elementos de la policía en Perú.
Sus captores comenzaron a agredirla verbalmente haciendo referencia a su expresión de género y su orientación sexual. Durante las horas que permaneció privada de su libertad, los policías la golpearon y la violaron con un bastón mientras le decían “¿Te gusta la pinga maricón?”. Finalmente fue liberada.
Tras el episodio, Rojas Marín presentó una demanda por violación sexual, abuso de autoridad y tortura contra los elementos de la policía que la detuvieron.
Sin embargo, las autoridades peruanas determinaron que no había pruebas sobre la veracidad de los testimonio de la mujer transgénero, ya que, pese a que el médico legista constató la violación, la fiscal de turno dijo que no podía llevarse a cabo una investigación judicial porque “al ser homosexual, la violación no podía comprobarse”.
Finalmente, los policías no fueron castigados.
Esta fue la razón por la que Azul, con ayuda del Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Humanos y Reproductivos (PROMSEX), llevó su caso ante la CIDH, la cual sentención que su caso sería llevado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, órgano judicial de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y cuya tarea es aplicar diversos tratados de derechos humanos.
La CIDH determinó que el Estado peruano “contravino las obligaciones de atención y protección de una víctima que denuncia violencia sexual, con el factor agravado del prejuicio existente respecto de las personas LGBT”.
Además, el informe que respalda la decisión de la CIDH recomienda al Estado peruano “disponer una reparación integral a Azul Rojas Marín y su madre, Juana Rosa Tanta Marín, por las violaciones de los derechos humanos en su perjuicio”. Asimismo, se aconseja procesar penalmente a los agresores de Azul.
Este caso podría representar precedente histórico y jurisprudencial sobre las violaciones a los derechos humanos de las personas LGBT con base en su orientación sexual e identidad de género.
“Me hubiera gustado poder haber pasado la página con este tema y poner esto detrás de mí, pero estoy mostrando mu cara para todos los que han sido víctimas. No estoy haciendo esto por mí, estoy haciendo esto porque soy un ser humano que suplica y pide justicia para todas las personas que han sido víctimas y cualquier persona que podría haber muerto”, declaró la mujer transgénero en una entrevista para CNN cuando se presentó el caso ante la CIDH en febrero del año pasado.
Con información de Notiamérica. Imagen de PROMSEX.
