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Zorros LGBT; el equipo gay de futbol que transforma el mundo a balonazos


2018-08-20
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Desastre.mx

Por David Olvera (@dave_licos) Seis años tiene Miguel, a su corta edad ha demostrado un gran interés por los deportes; en clase no puede estar sentado y con emoción espera la llegada de educación física para hacer lo que más le gusta: Jugar futbol. En el patio, el maestro conforma equipos para jugar, Miguel se integra a uno y con entusiasmo participa en la partida. La pelota, impulsada por las extremidades inferiores de los colegiales, va de un lado a otro del patio trasero de la escuela, un espacio de terracería que, ayudado por piedras que delimitan el espacio, escenifica una cancha de futbol y sus respectivas porterías.

Miguel no lo nota, pero su suave trotar atrae con intriga la mirada de sus compañeros, su manera de patear la pelota hizo a su maestro arquear la ceja izquierda, la disposición de sus manos al andar despertó los cuchicheos de los estudiantes mayores que pasan por el lugar. Miguel no lo nota, pero todos se burlan de él.

De repente, un niño de su equipo decide despertarlo de su letargo: “¡Pareces maricón!”, grita Francisquito, el más chico del salón, y todos a su alrededor rompen en risas.

Ese fue uno de los tantos episodios y sanciones a través de los que Miguel aprendió que su forma de ser no era bienvenida en ciertos espacios, uno de ellos los deportes. El temor a recibir burlas y la inacción de sus profesores lo llevó a que en un corto tiempo su interés en la actividad física se diluyera al ritmo de las risas homofóbicas de sus compañeros.

Miguel es un niño hipotético, un producto de la imaginación, una figura que no por ser inventada se aleja de la realidad que muchas personas LGBT viven o vivieron en su infancia, incluido quien escribe este texto.

Zorros LGBT: El futbol que cambia realidades

¿Qué le diríamos a Miguel? ¿Qué hubiera necesitado para no desertar en su interés? Quizás vivir en otra realidad, quizás tener modelos en los que aquello que conocemos como masculinidad no sea el filtro para participar en un deporte, quizás las armas para hacer frente a esas burlas, o quizás la voluntad de algunos para cambiar esa realidad…

En la Ciudad de México existe una confederación de futbol llamada Liga de Futbol Rápido de Barrios de Azcapotzalco, en la que entre sus categorías se encuentra “Diversidad”, en ella participan equipos conformados por personas LGBT. Las prácticas se hacen los fines de semana en la delegación Azcapotzalco.

Esta apuesta ha sido utilizada por equipos como Zorros LGBT, una agrupación de balompié conformada en su totalidad por hombres gays, para visibilizarse en su lucha por una mayor participación de las personas LGBT en los deportes, por una mejor y más amplia representación de la diversidad, y por la destrucción de los estereotipos machistas que cierran las puertas del futbol a todos aquellos que no sean hombres heterosexuales.

“La finalidad del equipo es hacer un espacio para las personas que se identifcan con la comunidad puedan venir y jugar en un espacio seguro libre de discriminación y libre de gritos homofóbicos. A pesar de que no somos exclusivos para la comunidad, sí tenemos esa apertura de que nos aceptamos como un equipo LGBT y también para romper estereotipos”, explica Nicolás Pineda, uno de los fundadores de Zorros LGBT y encargado administrativo de la agrupación.

Creado hace cinco años por un grupo de amigos interesados en la generación de espacios seguros y libres de homofobia, Zorros LGBT ha destacado en el ámbito deportivo gracias a su desempeño a nivel nacional, pero también internacional, en el que han obtenido múltiples triunfos y buenas posiciones, como en los recientes Out Games de Miami, el Sin City Classic de Las Vegas, y el Whitmore Indooor Classic 2018, el cual se llevó a cabo en la ciudad de Nueva York, y en el que participaron algunos integrantes del equipo.

Su nombre “Zorros” es un juego y apropiación de palabras que hace referencia a la coquetería que caracterizaba a los fundadores del equipo.

“Es una forma de que visibilicemos a la comunidad, de romper estereotipos. El estereotipo machista mexicano dice que un hombre gay no puede jugar futbol y estamos rompiendo ese estereotipo, no solo en futbol sino en otros deportes, como básquetbol, lucha, patinaje artístico, voleibol de playa, natación y atletismo”, explica pineda.

Además, enfatiza: “El mensaje es ese que en la comunidad LGBT podemos hacer cualquier actividad, normalmente, como cualquier persona”.

Gay Games de París, el triunfo de Zorros LGBT

Hace poco más de una semana se llevaron a cabo los Gay Games de París, un evento deportivo organizado por la Federation of Gay Games y que se lleva a cabo cada 4 años con la finalidad de aglomerar a una gran cantidad de deportistas de la diversidad. En dicha competencia participaron los Zorros LGBT, obteniendo resultados favorables de frente al resto de los competidores.

“Aprendimos que si se quiere un resultado de medalla se tiene que ir preparado, en lo mental, en lo físico, en la alimentación, no es nada más ir con las ganas, las ganas no son suficientes y eso nos quedó muy claro”, explicó Pineda sobre la experiencia de concursar en el torneo de futbol.

Este evento, creado en 1982, se ha posicionado como una especie de Juegos Olímpicos gay en busca de dar representación a las personas de la diversidad, crear espacios seguros, e impulsar la participación de la población LGBT en los deportes.

“Fue muy emocionante, nos tocó abrir el medallero, ganamos al segundo día la medalla de bronce y fue un alivio porque llevábamos una gran presión, sobre todo en futbol porque tuvimos mucho apoyo en medios y sabíamos que estaban con la mirada puesta en nosotros y el triunfo fue una válvula de escape. Es un sentimiento indescriptible subir al podio y tener la bandera de tu país, es algo muy padre”, explicó Pineda.

Zorros logró posicionarse en el lugar número 11 de la tabla general conformada por más de 70 países concursantes. Además, Nicolás Pineda, como integrante de Zorros LGBT, ganó tres medallas, una de oro, una de plata y una de bronce en competencias de atletismo de 3 mil metros, 800 metros y 300 metros, respectivamente.

“Nos sentimos muy orgullosos, personalmente yo no me imagine viajar y representar no solo a México sino a la comunidad LGBT en un deporte en el que me gusta mucho, y haberlo hecho en dos ocasiones la verdad es algo muy gratificante”, explicó Ernesto Sucedo, quien es conocido como Neth entre el equipo.

Zorros funciona desde 2013, actualmente el equipo está conformado por 30 integrantes que van desde los 17 años hasta los 35. Por él han pasado mujeres lesbianas y mujeres transexuales. Para ingresar, los únicos requisitos son tener voluntad e interés. Además, no es necesario ser LGBT, simplemente comulgar con los ideales del equipo.

Poco apoyo, muchos sueños

Rumbo a su participación en los Gay Games, el equipo creo una campaña para fondear los costos del viaje a cuatro de sus integrantes; lamentablemente, no cumplieron la meta; sin embargo, pese a esto y al nulo apoyo de las autoridades deportivas, el equipo logró becar a tres de sus integrantes, mientras que el resto financió los costos por su parte.

“Lidiamos con los obstáculos y los estereotipos en nuestra contra demostrando que podemos jugar, demostramos el nivel que tenemos dentro de la cancha y pues creo que estando unidos es algo que ya no nos afecta hoy en día, inclusive ya hemos ido a jugar afuera contra equipos de tradicional que incluso al final terminamos conviviendo con ellos y mucha gente se acerca, nos ve y nos muestra su apoyo. Lidiamos con eso juntos”, explica Alfonso Gutiérrez, uno de los fundadores de Zorros y participante en los Gay Games.

Para pineda es muy importante evidenciar que existe un gran abismo entre el apoyo que se da a los atletas en otros países y el que se recibe en México, específicamente hacia los atletas LGBT, pues asegura que la motivación y confianza incide en el desempeño de los atletas.

“Definitivamente hay un abismo de diferencia. Hay países como Finlandia donde el presidente abanderó a la delegación LGBT que participó, entonces ese apoyó, tan simple como que te den un uniforme, o el hecho de que el presidente te de ese honor, ese reconocimiento, es una cosa que en México no pasó”, explica el atleta.

La lucha contra la discriminación

Uno de los intereses más importantes del equipo es modificar la cultura machista y erradicar las adversidades a las que se enfrentan las personas de la diversidad en el momento de participar en los deportes, por ello es tan importante presentarse al mundo abiertamente como hombres gay y como parte de la comunidad LGBT.

“Yo creo que sigue siendo necesario nombrarnos LGBT, es importante que haya equipos que visibilicen esta población. En México no hay actualmente un jugador de futbol abiertamente gay, hay dos chicas que son lesbianas abiertamente, que juegan a nivel profesional, pero tuvieron que irse de México, aquí en México jugadores abiertamente LGBT no tenemos, la parte de dar esa visibilidad es por la que decidimos darle ese nombre explícito”, explica Nicolás Pineda.

La transformación de la realidad desde la cancha es su apuesta, trabajan por mandar un mensaje en contra de la homofobia normalizada e institucionalizada en el futbol y así permear en otros deportes y otros ámbitos.

Su presencia y el asumirse abiertamente como LGBT ponen en el centro de la discusión el uso de términos homofóbicos y sus límites al usarlo, un debate que se ha generado en los últimos meses luego de que la FIFA decidiera multar a la Federación Mexicana de Futbol por los cánticos homofóbicos en los estadios rumbo al mundial de Rusia.

“No es algo ofensivo… pero para nosotros, entre nosotros, porque nosotros mismos nos gritamos puto, hermana, amiga, zorras, y no pasa nada, pero desde un punto de vista más deportivo creemos que si afecta, no hay mucha diferencia entre aventarle una cerveza en la cancha a un jugador que decirle un grito homofóbico”, explica pineda.

Por su parte Neth comparte: “De pronto en partidos que tenemos contra heterosexuales no falta que los demás gritan “Pinche puto” al que está adentro porque lo burlas o das un buen disparo y su manera de decirte algo es aludiendo a la sexualidad… Entre nosotros sí pasa, pues porque es una ley no escrita que nosotros si nos podemos decir jotito o put… pero que venga del exterior es muy diferente”.

En el interior del equipo hay historias diversas sobre su pasión por el futbol y cómo se articula con su sexualidad y su vida personal, como el caso de Luis, quien practica desde los 5 años y hasta hace uno no conocía una liga gay.

O el caso de Alfonso que desde los 15 años demostró interés por este deporte, tradición heredada por la familia, pero al buscar otros espacios libres de discriminación y homofobia decidió escribir una nueva narrativa al lado de Zorros LGBT: “Aquí inició la historia”, afirma Alfonso, quien califica a Zorros como una familia.

Al cuestionar a Alfonso sobre la inhibición en las personas LGBT de participar en los deportes que genera la homofobia y la discriminación, el joven futbolista instó a los más jóvenes a no abandonar su pasión.

“El mensaje que les daríamos es que pueden lidiar con sus miedos, yo creo que en este equipo hay muchas personas que sufrimos a esa edad (niñez y adolescencia) con el tema de desarrollarte abiertamente en el deporte siendo una persona gay, pero finalmente creo que nosotros como equipo hemos sabido lidiar con el tema de la homofobia, con ser abiertamente gay ante la sociedad y poder demostrarles lo que somos deportivamente”,

“Yo creo que el mensaje es que no dejen de luchar por sus sueños, si el deporte es su vida que lo continúen”, explicó.