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Me acuesto, amo y me río con quien quiero


2018-05-17
https://elpais.com/elpais/2018/05/17/tentaciones/1526564142_267967.html
El País

Todavía recuerdo esos pasillos del instituto por los que iba con mi chándal y mi corte de pelo a tazón. Parecía el cantante de Los Caños y era la mejor jugando al fútbol, aunque pocas veces me dejaban jugar. Era de las populares, pero daba igual lo que hiciera, que se me dieran bien los deportes, que sacase las mejores notas, que fuese atractiva, rápida y creativa... Ahí estaba ella, Jesenia y su grupito de amigos llamándome marimacho, esperándome a la entrada y a la salida y llegando incluso a perseguirme hasta la puerta de mi casa.

Cada día, a las ocho de la mañana, empezaba una lucha para tratar de ser alguien diferente a quien era en realidad, por evitar ese momento de vergüenza en el que, a la entrada del polideportivo, alguien me mandara al baño de los chicos. De vez en cuando, en aquella boda, en esta otra comunión, yo me proponía ponerme un vestido, peinarme como las demás, ponerme unos zapatos de tacón aunque me hicieran caminar como un velociraptor, porque pensaba que eso haría feliz a mi familia y a la gente que tenía a mi alrededor.

Lo que empezó a pasar entonces fue que no podía separarme de la profesora de Tecnología, y después de la de Economía. Luego fue mi entrenadora y la amiga de mis amigas, y como dice la canción de Belenciana "aquella profa de francés, aquella niña del jersey, aquella prima, aquella amiga, aquella moda... Lo sé. De pronto supe a dónde ir, de pronto aprendí a querer, ya dibujaba un camino amarillo a mis pies”.

A medida que fui haciéndome mayor, fui sintiéndome mejor, hasta que logré plantarle cara a mis miedos y a algunas de mis inseguridades, esas que me torturaban día a día haciéndome sentir que nadie me iba a querer.

En este camino fueron importantes las amigas. Confío en que también puedan serlo para ti (quien quiera que seas, mujer u hombre al otro lado de la pantalla). Espero que tengas a tu lado a quien poder contarle lo que estás sintiendo, incluso si crees que no es así. Mira bien y, ante la duda, habla de lo que te angustia y te preocupa: puede sorprenderte quién acaba estando ahí para apoyarte y dar luz al camino. Fueron mis amigas las que me levantaron, me cogieron de la mano y me enseñaron todos los rincones. De Chueca y de la vida.

La mayoría de las personas adultas que hoy me rodean han superado sus dificultades y traumas a través del humor y la creatividad. Ninguno de nosotros dejamos que las jesenias de la puerta del cole ganaran la batalla, y todo se fue haciendo más sencillo con los años. Encontramos nuestra tribu.

Enrique es una de esas personas que me han hecho el camino más fácil, un músico, un amigo querido, una persona brillante a la que en algún punto de su vida también quisieron cambiar y cuyas palabras sobre la LGTBIfobia quiero recoger:

"Es un problema externo e interno. Tiene muchas manifestaciones visibles que deben seguir indignándonos y juntándonos para combatirlas: las agresiones, la falta de visibilidad, el rechazo, la ignorancia hacia quienes somos. Pero no debemos perder de vista las huellas que los años que hemos pasado con miedo han dejado en nosotrxs: la LGTBfobia interiorizada, la que nos repite que valemos menos o que no merecemos el amor y la compresión que todo el mundo merece. Eliminarla es un viaje del que nos vamos a beneficiar y debemos recorrerlo juntxs”.

Ríete siempre de ti misma, por muy duras que se pongan las cosas, haz todo lo que te propongas, nadie te puede decir cómo tienes que ser, porque ya eres preciosa, eres única y eres especial. No soy muy diferente de la niña que se parecía al cantante de Los Caños, pero también he hecho todo lo que en un momento dado los demás me dijeron que no podía hacer.

Ahora hemos creado algo tan fuerte que nunca nadie más podrá romperlo.

Ahora amo a quien quiero y me acuesto con quien quiero.

Ahora no estás sola, aquí estamos tus amigas.