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Piden se investigue como crimen de odio un asesinato en San Isidro
A D.J.A., de 65 años, lo asesinaron a golpes y con dos puñaladas. El 4 de abril lo encontraron tendido en la cama en su casa de la localidad bonaerense de Béccar, en el partido de San Isidro. Dos días después, un hombre de 29 años fue detenido por el crimen. Un perfume fue la clave que condujo a la investigación al presunto autor del asesinato. Piden que el asesinado se investigue como un crimen de odio.
“Expresamos nuestra consternación y repudio por un nuevo hecho de violencia hacia una persona de nuestra comunidad. Y le pedimos al Ministerio Público Fiscal de la Provincia de Buenos Aires y al Poder Judicial que investiguen a fondo este asesinato como un crimen agravado por odio por motivos de orientación sexual”, dijo a Presentes Darío Arias, integrante de la organización Conurbanos por la Diversidad. Y agregó: “En este hecho puntual estamos hablando de que la víctima es un varón gay adulto mayor y de un barrio del conurbano bonaerense, y muchas veces estos crímenes quedan invisibilizados”.
D.J.A .vivía solo en un departamento de la calle Marconi al 400 que alquilaba a una jubilada de 83 años. Fue la mujer quien decidió entrar en la vivienda, después de varios días en que el hombre no le respondiera ni el timbre, ni los llamados telefónicos. Allí encontró el cuerpo sin vida de D.J.A. sobre el colchón de la cama rodeado de un charco de sangre. Inmediatamente la mujer llamó al 911.
Los policías de la comisaría 5° de Beccar constataron que no había indicios de que la entrada al departamento hubiera sido forzada, según confirmaron a Presentes.
La causa fue caratulada como homicidio por el fiscal Claudio Scapolan, de la Unidad Funcional de Instrucción de Delitos Complejos del Área Criminal del Departamento Judicial de San Isidro. Desde ese organismo judicial confirmaron a esta agencia que Anitori fue asesinado de dos puñaladas y que se llegó a la detención de un hombre cuyas iniciales son A.G., a través de las pesquisas que se realizaron en el teléfono celular de la víctima. Los investigadores comprobaron que la víctima y el presunto autor mantuvieron conversaciones durante varios días a través de Facebook y que habían acordado un encuentro.
Un perfume, la clave de la pesquisa
En el allanamiento que se hizo en la vivienda del detenido en Payró al 200, en San Fernando (provincia de Buenos Aires), la policía dijo que halló un perfume que coincidía con una caja vacía encontrada en la casa de la víctima. Secuestraron dos cuchillos, un teléfono celular y otras pertenencias de D.J.A. Según informaron fuentes judiciales a este medio, esas pruebas fueron contundentes para confirmar que la víctima y A.G. se habían encontrado y para ordenar la detención.
La imagen que indignó
María es dueña de un almacén ubicado a dos cuadras de donde vivía Anitori. Había sido amiga y hace unos años lo había empleado en su local. Está enojada por el tratamiento mediático del caso: “Utilizaron la imagen de un colchón manchado con sangre que habían tirado en la vereda de D.J.A.. No entiendo por qué. Hablan de anciano y jubilado ¿No pudieron encontrar al menos una foto de él? Jorge además no era un anciano”, contó. La mujer se refería a las imágenes que se mostraron en un canal de televisión.
También el tratamiento brindado por la prensa fue estigmatizante, prejuicioso y morboso: “Cosen a cuchilladas a abuelito en drama pasional entre gays”, fue el título que llevó la noticia en un diario de circulación nacional.
Las cifras del odio
Según el informe del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT, en 2017 asesinaron a 13 personas: 11 eran mujeres trans, 1 varón trans y 1 varón gay cis. Además el estudio da cuenta de que aumentaron las situaciones de violencia contra la comunidad LGBT.
Arias remarcó que el aumento de la violencia y crímenes de odio hacia personas LGBT, lo que se combina “con el desmantelamiento de las políticas de protección y acceso a la justicia de nuestra comunidad, lo cual nos pone en un lugar de riesgo”.
En Argentina, la Ley 26.791 aprobada el 14 de noviembre de 2012 introdujo modificaciones a distintos incisos del artículo 80 del Código Penal. Entre estas, en el inciso 4º incorporó como agravante de los homicidios el odio a la orientación sexual de las personas, la identidad de género y/o su expresión.
