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¿Deberíamos dejar de usar el término “bisexual”?


2017-12-11
http://soyhomosensual.com/comunidad/deberiamos-dejar-de-usar-el-termino-bisexual/
Soy Homosensual

Ocasionalmente, más seguido de lo que quisiera, algunas personas cuestionan el por qué me aferro a utilizar el término bisexual para referirme a mi orientación. Los argumentos que desatan esta pregunta son variados, van desde el hecho de considerar si el concepto invalida la existencia de los géneros fuera del binario, o incluso de por qué no me identifico como gay si estoy en una relación con un hombre o como heterosexual si estoy con una mujer. Todo esto planteado por personas tanto heterosexuales como algunos integrantes de la comunidad LGBT

Y ahí es donde se me complican los sentimientos, donde siento un tono de agresión que debe ser controlado para poder explicarles las razones, que son claras y que han sido analizadas por quien lo está viviendo y no por quien lo está viendo desde afuera.

En primera instancia, el concepto de bisexualidad que la mayoría conoce y que se le ha asignado a esta orientación es arcaico, nada funcional y limitativo. De acuerdo a Robyn Ochs, activista bisexual, la bisexualidad es la orientación en la que el individuo siente atracción sexual y/o emocional por personas de su propio género y por personas de géneros diferentes al suyo. Y claro, varias de las reacciones a esto se enfocan en decir que el término no puede sustituirse a placer, que los conceptos no se cambian de la noche a la mañana, y tienen razón, eso no quiere decir que no deban ser cambiados, incluso, que no deban adaptarse al proceso evolutivo de la sociedad misma, a sus necesidades y demandas. ¿Dónde entra una persona que se siente atraída por mujeres (cis y trans), personas fuera del binario de género pero no por quienes forman parte del género masculino? Suena confuso, lo sé, pero es un claro ejemplo de una de las muchas posibilidades que engloba el concepto de bisexualidad desde la perspectiva de Ochs.

Después vienen las razones de respeto y honor por la historia LGBT+. ¿Por qué pasar por alto la bisexualidad sólo porque algunos sienten la falsa idea de que refuerza el binario de género? ¿Por qué ignorar su existencia o tratar de encasillarla en otras etiquetas sin darle la oportunidad de ser aceptada y reconocida por quienes, como miembros de la comunidad diversa, buscan rechazarla? La respuesta es: Por hacer honor a los activistas bisexuales a quienes se les ha borrado su orientación a lo largo de la historia sólo por no ser entendida. Sí, personajes como Brenda Howard, Sylvia Rivera y Marsha P. Johnson, elementos fundamentales y bisexuales en la revolución por los derechos LGBT+. En la lucha por el matrimonio igualitario, en la lucha por los derechos de personas que viven con VIH, en cualquiera de las luchas LGBT+ los bisexuales han estado presentes, no así en los recuerdos históricos, en los discursos políticos y sociales. Son pocas las ocasiones en las que el concepto de bisexualidad es abordado desde el entendimiento y el respeto, y no como el agregado obligado del que ahora muchos quieren desentenderse por el simple hecho de no aceptar que como concepto, es el único capaz de cambiar y adaptarse.

La tercera razón es quizás la más simple, pero al mismo tiempo, la más difícil de explicar para quienes no están dispuestos a pensar en términos y conceptos que se modifican. La bisexualidad valida la existencia de la fluidez sexual. La sexualidad no es una caja con cuatro paredes, incapaz de modificarse. La sexualidad, como el ser humano, vive en constante movimiento, en constante cambio. Lo que hoy nos gusta puede variar con el paso del tiempo, no hay una regla ante eso, no hay una medida que te haga más o menos homosexual, o más o menos heterosexual. No eres más gay por tener un gusto predominante con quienes expresan su género de manera masculina. No eres más lesbiana por tener un patrón específico de cómo te gustan las chicas. Así como no se es más bisexual o menos bisexual a partir de quien sea tu pareja, o de si tus relaciones duran exactamente el mismo tiempo con personas de tu género o de género diferente al tuyo. La bisexualidad permite asumir con responsabilidad y conocimiento la libertad de sentir atracción en intensidades diferentes a lo largo de la vida por personas diferentes, sin importar el género. Permite vivir un tórrido romance con la vecina y después de que haya terminado poder enamorarse del amigo de tu hermano. En la bisexualidad, el cambio es una constante que simboliza compromiso y responsabilidad, no confusión, como muchos pueden llegar a creer.

Finalmente, la bisexualidad es un concepto amplio, que cobija y da un lugar a las orientaciones sexuales que rompen el binario de género. Muchos activistas que hablan de bisexualidad han comenzado a utilizar el Bi+ como lo que con el paso del tiempo se terminará aceptando: un concepto paraguas, que ofrece voz a otros conceptos que siguen sin ser representados en la comunidad LGBT+ como la polisexualidad o la pansexualidad.

Aferrarse a una etiqueta no es cuestión de gusto o berrinche, no es tampoco una obligación.

Es una acción decidida de muchas personas, en el caso de la bisexualidad, que han entendido que si de algo está lleno el término es de nobleza y libertad, aprendidas a partir del estigma, el olvido y el ser ignorados a través de la historia y que hoy, hemos decidido, por estas y otras razones, que abanderarnos como bisexuales representa abanderarnos de un concepto incluyente y urgido de espacios que hablen de sus problemas de salud, políticas públicas, necesidades psicológicas, educación, familiares, etc.