Incluye como principio de todas las personas que viven con el VIH-SIDA, recibir asistencia integral y multidisciplinaria sin ninguna restricción, que garantice la mejor calidad de vida posible, sin distinción de raza, edad, sexo, opción sexual o género, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen, condición económica o social, el' grado de evolución de la enfermedad u otra cualquiera