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El nuevo candidato a Procurador General de Trump también tiene una historia anti-LGBTQ
La cabalgata Trump de los miembros del gabinete homofóbico continúa. El presidente Trump ha anunciado que nominará a William Barr, un ex fiscal general bajo George Bush, para reemplazar a Jeff Sessions como fiscal general. Mientras que Sessions era ruidosamente anti-LGBTQ, Barr no alcanza los mismos niveles, pero definitivamente no es un aliado.
"William Barr, quien ha sugerido erróneamente que las personas LGBTQ, no Trump y sus políticas destructivas, han perjudicado a los Estados Unidos, es el último en una larga lista de reemplazos que el Presidente Trump ha nombrado para su Gabinete que son tan anti-LGBTQ como sus predecesores ", dijo Sarah Kate Ellis, Presidenta y CEO de GLAAD, en un comunicado enviado por correo electrónico.
"Si se confirma, hay pocas dudas de que William Barr continuará con el objetivo de la Administración Trump de borrar a los estadounidenses LGBTQ de la estructura de esta nación".
La organización señala algunos de los problemas de la historia de Barr, que incluyen:
Pronunció múltiples discursos a principios de los años 90 que condenaban la "permisividad", la "revolución sexual" y la "agitación moral" que, según insistió, habían llevado al declive de Estados Unidos.
Condena la separación iglesia / estado en las escuelas públicas : “Esta lobotomía moral de las escuelas públicas se ha basado en nociones extremistas de separación de iglesia y estado o en teorías del relativismo moral que rechazan la noción de que existen estándares de derechos o errores a los que la comunidad Puede exigir adherencia ".
La insistencia en la igualdad de Georgetown University para los grupos de derechos LGBTQ fue un ataque a la moralidad : “La segunda forma en que los secularistas utilizan la ley como arma es aprobar leyes que promuevan afirmativamente el punto de vista del relativista moral. Dichas leyes buscan ratificar, o poner en un plano igual, una conducta que antes se consideraba inmoral ... Otro ejemplo fue el esfuerzo por aplicar la ley del Distrito de Columbia para obligar a la Universidad de Georgetown a tratar a grupos de activistas homosexuales como a cualquier otro grupo de estudiantes. Este tipo de ley disuelve cualquier forma de consenso moral en la sociedad. No puede haber consenso basado en puntos de vista morales en el país, solo neutralidad forzada ”.
Lamentamos la atención que se le presta al "movimiento homosexual" : "No es casualidad que el movimiento homosexual, en uno o dos por ciento de la población, sea tratado con tanta solicitud, mientras que la población católica, que es más de un cuarto del país, es Dada la palma de la mano. ¿Cómo ha llegado a ser eso?
