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“¡Que Dios lo cure!”; así es ser una persona joven y transgénero en Irán
Aunque Irán es uno de los países del Islam que cuentan con mayor apertura a la transición de género, esto no significa que las personas transgénero tengan una vida fácil, pues aún se siguen enfrentado la discriminación y diferentes tipos de violencia. Tal es el caso de Nahal, una mujer transgénero de 19 años, quien recordó que en la secundaría era duramente criticada por vestir prendas consideras “de mujer” y obligada a actuar como hombre, admitió además que en la actualidad sus familiares siguen sin aceptarla del todo.
Aunque hace treinta años, Ruhollah Jomeini emitió un decreto religioso, o fatwa, que ordenaba respetar a las personas transgénero, esto no consiguió eliminar una imagen binaria de las identidades de género, pues algunos clérigos comenzaron a considerar la cirugía de reasignación sexual como un método para “curar una enfermedad” y ajustar a las personas a su género masculino o femenino dentro de una perspectiva heterocentrista.
En la actualidad, aquellos que optan por no someterse a la cirugía y solicitar nuevos documentos pueden ser arrestados por la policía debido a que su manera de vestir es considerada una forma de contradecir el género con el que son reconocidos por el gobierno.
“Los encuentros sociales no son nada buenos: abuso verbal y físico y acoso. Una vez, incluso algunas personas me atacaron y golpearon”, dijo Nahal.
“La gente en la calle me llama ‘mujeriego’; preguntan: ‘¿Es un hombre o una mujer?’. “.A veces dicen: ‘¡Que Dios lo cure!’”
No obstante, pese a la discriminación en los lugares de trabajo que ha obligado a algunas personas trans a la prostitución y otras al suicidio, el país islámico abre un sorprendente margen de espacio para las personas transgénero, quienes pueden ir a los tribunales y recibir permiso oficial para la cirugía de reafirmación sexual después de pasar por exámenes médicos y una entrevista con un psiquiatra.
La relativa apertura de los clérigos gobernantes hacia las personas transgénero difícilmente significa tolerancia a la diversidad de género. La homosexualidad es ilegal. Los hombres homosexuales pueden enfrentar la pena de muerte mientras que las lesbianas pueden enfrentar flagelación después de tres condenas y la muerte por el cuarto.
A pesar del apoyo por parte del gobierno iraní, los núcleos inmediatos aún muestran un gran rechazo a sus familiares transgénero, pues como deja ver Behnam Ohadi, un psiquiatra y psicólogo que aconseja a las personas transgénero y las refiere al Ministerio de Salud de Irán para la cirugía, algunas familias hacen lo que pueden para detener la cirugía.
“Algunas familias incluso amenazan con matarme si les digo que su hijo es trans. A veces desearían que su hijo tuviera cáncer o muriera”, declaró.
Por su parte Nahal, cuyo mundo ahora parece limitado a la seguridad del balcón de su madre ante el rechazo y la discriminación, sueña con abrir una organización benéfica para ayudar a otras personas transgénero como ella.
Con información de ABC News
