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Quiérete mucho, maricón


2018-02-18
http://www.paginasiete.bo/ideas/2018/2/18/quirete-mucho-maricn-170038.html
PÁGINA SIETE

Estamos viviendo un momento de transición cultural, social y legal acelerada para mejor en las relaciones de género. Por un lado, va ganando mayor fuerza el movimiento contra el acoso sexual, como lo muestran todos los días las noticias, y por otro hay una cada día mayor aceptación en la sociedad de personas del llamado “colectivo LGBT” con iguales derechos y sin temor a la violencia.

El reconocimiento de otros grupos más amplios, como el LGBTQ+, ya hacen evidente la antes poco reconocida complejidad de las cuestiones en juego. A pesar de los tropezones y de las muchas dificultades que todavía habrá que enfrentar hasta llegar a una situación satisfactoria en estos problemas, ésas son sin lugar a dudas buenas noticias. 

El título de este artículo copia el del libro recientemente publicado por el sicólogo Gabriel J. Martín (2016, Roca ed.). El autor clasifica su trabajo como parte del gay  affirmative psychology, que se propone “ayudar a pacientes gais a asumir su homosexualidad y vivirla con normalidad y gozo”. “La homosexualidad no es un problema”, dice el autor, “Si alguien vive su homosexualidad con dificultades, se debe a la homofobia del entorno”. Es decir, el problema somos los demás. 

Puede parecer absurdo que se tenga que ayudar a una persona normal a que asuma su normalidad, pero el hecho es que la sociedad ha hecho que esas personas no se sientan normales y que por lo tanto no hayan podido desarrollarse en las mismas condiciones de aceptación que las personas cuya sexualidad es considerada normal. 

Cualquiera que haya conversado íntimamente sobre sexo con mujeres u hombres de cualquier preferencia (o consigo mismo, si vale la expresión), sabe que eso de la normalidad en sexo es un mito y una quimera. La cosa es tan compleja que si la mayoría pasa por normal es simplemente porque no se hace preguntas difíciles o porque no muestra las respuestas a los demás. Como dijo Dorothy Parker, “la heterosexualidad no es normal, es apenas común”. 

El hecho es que en el mundo de hoy, a pesar de todos los avances de los últimas décadas, todavía hay un mayor o menor (según el grupo social) rechazo a cualquier persona cuya sexualidad no encaja en los patrones de normalidad aceptados, que básicamente se limitan, fuera del sacerdocio católico, a dos opciones: mujeres a las que les gustan los hombres y hombres a los que les gustan las mujeres, en ambos casos dentro de los límites de edad aceptados, etc. Comparado con el universo de preferencias sexuales existente, esos dos tipos dejan fuera a una parte sustancial de la humanidad.

El libro del título está dirigido a una parte de esa población excluida de la normalidad: los hombres gais. Visto en detalle, este universo es probablemente tan diverso como el de los hombres heterosexuales, pero tiene como común denominador un desarrollo emocional en condiciones adversas, que afectaron en mayor o menor grado su reconocimiento, aceptación, confianza, afirmación y desarrollo de la afectividad elegida. Las secuelas de ese desarrollo son también muy diversas, se debe suponer.

El reconocimiento de que estas dificultades generales existen, y que tienen un peso considerable en el desarrollo sicológico de los que las sufren, propicia el desarrollo de la línea sicológica antes mencionada y motiva el libro en cuestión. Aquí hay que tener cuidado con una implicación: que un grupo de personas haya sufrido condiciones que afectaron su desarrollo emocional de manera particular no quiere decir que se pueda hablar de una sicología gay, como si se tratase de bichos raros. Lo raro no es su comportamiento, los raros somos los demás que no sólo no hemos sabido aceptar lo que huye a la regla, sino que hemos ejercido contra esta excepción una saña universal. 

El libro cubre un amplio espectro de tópicos, desde la homosexualidad como concepto, el proceso de asumirla (salir del armario, como se dice), la unicidad de la experiencia, la práctica sexual gay y sus riesgos, las relaciones gay establecidas, aspectos legales, etc. 

Curiosamente, el libro no incluye una discusión de los aspectos religiosos. Por ejemplo: ¿Cómo creer en un dios cuya iglesia te rechaza? 

Para dar una idea del contenido del libro, sigue una lista ilustrativa de capítulos:

“La homosexualidad es innata y por eso es omnipresente en la naturaleza y en la historia. La homosexualidad no es elegida, no es una enfermedad, no es un estilo de vida, no es una construcción social. Salir bien del armario. Tu propia Ítaca: lo que el ser gay te enseñó. La homofobia es violencia ejercida por gente irracional. La ansiedad si que es una curva peligrosa. Sexo y cultura gay. Activos pasivos y versátiles. Aprende a dilatar tu culito. Teoría general del amor homosexual y diario de un maricón enamorado. Mi hijo es gay: guía rápida para padres. ¿Vives tu homosexualidad naturalmente?”.

El libro está dirigido a hombres gais, con un capítulo especial e importante para padres (y madres) de hombres gais, y me imagino que sus reflexiones y recomendaciones puedan ser también útiles para parientes y amigos, aunque la calidad misma y pertinencia de aquellas será siempre mejor juzgada por los que han vivido y viven la experiencia sobre cuyos efectos el libro se propone orientar. 

Por saber muy poco de la experiencia fundamental sobre la que versa el libro, me abstengo de opinar sobre la calidad del contenido, pero me costaría creer que un libro que trae a la discusión abierta temas fundamentales de la experiencia gay, no pueda ser de utilidad todos los que quieran entenderse o entenderla mejor. Sería interesante conocer opiniones al respecto.